MEMORABILIA GGM 600
EL UNIVERSAL
México D.F.
12 de agosto de 2012
Cultura
Su majestad William Faulkner
Los 50
años de su muerte pasaron de noche en Hispanoamérica, cuya literatura no sería
la que es gracias a sus libros. Por eso hoy lo recordamos
Confesiones de
algunos de nuestros maestros como García Márquez o Vargas Llosa, Faulkner fue de
gran MENTOR. Confesiones de algunos de nuestros maestros como García Márquez o
Vargas Llosa, Faulkner fue de gran influencia (...); para mí es uno de los
jefes: Élmer Mendoza, escritor.
Yanet
Aguilar Sosa |
yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
No es un secreto a voces; lo dijo Mario Vargas
Llosa y lo evidenció Gabriel García Márquez en Cien años de soledad: William Faulkner es el santo patrono para la
literatura latinoamericana; sin embargo, y aun cuando la narrativa de este
continente le debe tanto al escritor estadounidense que en 1949 recibió el
Premio Nobel de Literatura, no hubo grandes actividades ni ediciones
conmemorativas ni mucho menos congresos en su honor a propósito del 50
aniversario de su muerte.
Faulkner, quien nació en New Albany, en 1897,
y murió en Byhalia, en 1962, es autor de novelas como El ruido y la furia, Mientras agonizo, Luz de agosto, ¡Absalón,
Absalón! y ¡Desciende Moisés!,
además de infinidad de cuentos. Con una amplia obra, sobre todo cuentística, se
sitúa como uno de los más innovadores y destacados escritores del siglo XX y su
obra se mantiene vigente.
William Faulkner, santo
patrono de la literatura latinoamericana.
Cuando la narrativa de este
continente le debe tanto al escritor estadounidense que en 1949 recibió el
Premio Nobel de Literatura, no hubo grandes actividades ni ediciones
conmemorativas a propósito de los 50 años de su muerte
Los narradores latinoamericanos han reconocido
siempre la trascendencia del escritor que fue considerado el rival estilístico
de su compatriota Ernest Hemingway. En su discurso de recepción del Doctorado
Honoris Causa de la Universidad de Alicante, Mario Vargas Llosa afirmó que
Faulkner fue el "escritor con mayor influencia entre los cuentistas de su generación" y sobre todo que "sin
la influencia de Faulkner no hubiera habido novela moderna en América
Latina".
Hoy, a manera de homenaje, escritores
mexicanos de diversos estilos hablan de la obra del narrador y poeta que situó
la mayor parte de sus ficciones en Yoknapatawpha Country, un condado inventado
por Faulkner, que se localiza al noroeste de Misisipi y cuya capital, también
ficticia, es Jefferson.
Guillermo Fadanelli, Élmer Mendoza y Juan José
Rodríguez, colaboradores de EL UNIVERSAL, establecen su relación con el
escritor, considerado uno de los creadores de ficción más importantes del siglo
XX, a la altura de Joyce, Proust y Kafka; recrean la influencia de su estilo
literario en sus obras y establecen la importancia de William Faulkner en la
literatura de América Latina.
"El realismo mágico tiene ligas, deudas y
relaciones palpables con Faulkner. Mientras
agonizo, su novela de sombras, podría hacernos pensar en la obra de Rulfo",
dice Guillermo Fadanelli.
Y es que el estilo literario de Faulkner late
en la obra de muchos narradores latinoamericanos, lo dijo Vargas Llosa:
"Los mejores escritores lo leyeron y, como Carlos Fuentes y Juan Rulfo,
Cortázar y Carpentier, Sábato y Roa Bastos, García Márquez y Onetti, supieron
sacar partido de sus enseñanzas".
Esa sentencia de Vargas Llosa la refrenda el
escritor Élmer Mendoza: "Según confesiones de algunos de nuestros maestros
como García Márquez o Vargas Llosa, Faulkner fue de gran influencia; en mi
generación leímos su famosa entrevista donde se lanzaba contra las técnica de
narrar, y algunos, como (Javier) Marías lo tradujeron y escribieron mucho sobre
él. Para mí es uno de los jefes".
La influencia literaria del autor de Sartoris, Banderas sobre el polvo y Los
invictos es potente. Está en cuestiones técnicas como su magistral uso del
fluir de la conciencia, sus diálogos indirectos y un manejo cronológico del
tiempo; pero también en los temas: las genealogías familiares, la mezcla de
razas, el fracaso, la creación de un territorio ficticio propio.
Esas fueron influencias fundamentales para que
Gabriel García Márquez creara su Macondo; Juan Rulfo su Comala y Juan Carlos
Onetti edificara su mítica Santa María, y que en 1989, en una entrevista
también afirmara: "Con Faulkner y su novela ¡Absalon, Absalon! me pasó algo extraordinario, la consideré tan
buena que tuve días en los que me pareció inútil seguir escribiendo".
Juan José Rodríguez confirma que Faulkner es
fundamental como lectura porque es un maestro de la novela del siglo XX y sus
hallazgos siguen vigentes, además de su malicia y pericia narrativa.
"A Faulkner le pasa lo que a Fuentes:
mucha gente se concentra en sus primeras grandes novelas y se pierde de
disfrutar sus últimos libros por creer que sólo lo fundacional fue bueno.
Novelas como La ciudad y la mansión
son muy buenas y mi favorita es precisamente la última, The Reivers, que narra la llegada del primer automóvil al
pueblo", señala el autor de Asesinato
en una lavandería china.
Maestro
de generaciones
Élmer Mendoza dice que la influencia de
William Faulkner en su literatura es mucha, pero sobre todo en la tipificación
de personajes psicológicos, más allá de que fueran urbanos, rurales o
marítimos.
"Ese es un asunto que ayuda a resolver
los porqués en la narrativa. Y fue parte importante de mi deseo, sobre todo en
la postura de escribir fuera de grandes centros urbanos. Para mí, es uno de los
escritores que se deben leer, no es fácil crear atmósferas de conflicto prolongadas
y en esto Faulkner es un maestro", dice el autor de El amante de Janis Joplin.
Mendoza afirma que la literatura
latinoamericana le debe a Faulkner la primera forma de crear espacios, de
conseguir que una atmósfera sea parte del proceso narrativo. "Desde luego
que sería distinta. Desde la brevedad intensa de Mientras agonizo, al perfil abstracto del devenir en El sonido y la furia, hay una escuela de
narrar que ha contribuido para conseguir una narrativa que combina la
profundidad con el juego de las miradas".
Juan José Rodríguez dice que quizás por su
entorno rural, sureño y apasionado, Faulkner está cerca a través del filtro de
Rulfo y García Márquez. "Desde que William Faulkner dijo que un burdel era
el mejor lugar para un escritor -y más especialmente desde que García Márquez
repitió esa cita en su consagratoria entrevista de El olor de la guayaba- no pocos autores se han sentido satisfechos
de que tan patricias testas coronadas por el Nobel sacramenten la vagancia
nocturna".
Así, William Faulkner, el maestro y patriarca
que hizo fluir de la sangre la metáfora de las pasiones, el obsesivo del
lenguaje y creador de párrafos que rozan lo críptico, el narrador que al
recibir el Premio Nobel de Literatura, en 1949, dijo que en su literatura estaba
"el corazón humano en lucha consigo mismo"; el mentor de América
Latina está vivo aunque murió hace 50 años.
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JET SET
Bogotá – Colombia
25 de julio de 2012
Nº 241
Fotografias de la fiesta de celebración a García
Márquez comentado en MEMORABILIA GGM 593
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