MEMORABILIA GGM 566
El Espectador
Bogotá – Colombia
16 de marzo de
2012
Los 85 años de García Márquez
Por: Juan Carlos
Botero
Hay un detalle que lo dice todo. Cada vez que un autor se
gana el premio Nobel de Literatura, los periodistas le hacen las dos preguntas
de siempre: ¿a qué autor vivo admira? Y ¿cuáles han sido sus maestros de
cabecera?
Lo interesante de las respuestas de los galardonados es que
casi nunca el elegido menciona a un novelista en castellano. Y, si lo hace, no
hay otro que lo haga. La excepción, en cambio, es García Márquez. En el caso
del colombiano sucede todo lo contrario: es difícil encontrar un premio Nobel
de Literatura que no señale a García Márquez como uno de los autores vivos que
más admira, y también como uno de sus maestros de cabecera. Esto significa que
ningún otro novelista en español ha trascendido fronteras de esta manera, y
ningún otro ha recibido un aplauso tan unánime de sus propios colegas. Es tal
la influencia de García Márquez en las letras universales, que incluso una de
las ganadoras del Nobel más recientes, Doris Lessing, afirmó que lo mejor de
haber recibido esa noticia abrumadora fue que García Márquez la llamó para
felicitarla. Y el ganador del 2010, Mario Vargas Llosa, a pesar de sus
diferencias políticas y de su famosa pelea con García Márquez, escribió su
tesis doctoral sobre el colombiano, el estudio más brillante que se ha hecho
sobre nuestro premio Nobel: Historia de
un deicidio.
La verdad es que, a pesar de que nuestro idioma ha producido
grandes novelistas, ningún otro ha tenido el impacto cultural que ha tenido
García Márquez. Sin duda muchos otros han escrito grandes novelas, y muchas de
ellas se han traducido a otros idiomas, pero ningún otro novelista ha logrado
lo siguiente: que la imagen que se tiene de América Latina en Europa,
Norteamérica, Asia y África, una imagen correcta o incorrecta, realista o
fantástica, esté filtrada por la obra de un solo autor, como sucede con García
Márquez. En efecto, la idea que la gente tiene de nuestra tierra en otros
lugares, para bien o para mal, está influenciada, en gran medida, por la obra
de García Márquez. Esto quiere decir que su significado cultural rebosa el
campo de las letras, y no hay otro novelista en nuestra lengua que haya logrado
algo semejante.
Ahora que García Márquez cumple 85 años y que está
recibiendo tantos y tan merecidos homenajes, vale la pena recordar lo más
trascendental de su legado: no sólo que es el novelista en español más admirado
por los demás novelistas del mundo (repito: a partir de 1982 es difícil
encontrar un premio Nobel de literatura que no se haya declarado, en algún
momento de su vida, como heredero o, al menos, admirador de este autor
colombiano), sino que su obra ha logrado definir la imagen de todo un
continente.
Estuve presente en Cartagena hace cinco años, cuando García
Márquez celebró sus 80 años. Hubo muchos discursos y palabras de admiración por
nuestro premio Nobel, pero de todo lo que se dijo, no se afirmó lo más
significativo: la razón por la cual García Márquez es tan importante es porque
ningún otro novelista en nuestro idioma, después de Cervantes, ha trascendido
fronteras de esta manera ni ha tenido un impacto cultural comparable. Lo demás
son elogios justos y merecidos, pero nada de eso de veras ilustra ni demuestra
la verdadera importancia de García Márquez. Y eso sí es impactante.
** ** **
Agencia de Noticias UN
Órgano de la Universidad
Nacional de Colombia
Bogotá – Colombia
15 de marzo de
2012
Mito de Gabo revoloteará
en el metro de Moscú
Cuando Rafael Amador, embajador de Colombia en Rusia,
consultó al profesor Rubén Darío Flórez sobre cómo incrementar el conocimiento
de los rusos sobre nuestra nación, de inmediato el filólogo de la Universidad Nacional
comenzó a atar cabos.
¿Cuál es nuestro personaje más conocido en el mundo?
Indiscutiblemente: Gabo. ¿Cuál es uno de los hitos culturales más
representativos de Moscú? El metro.
¿El metro? ¡Sí! En la capital rusa, este medio de transporte
no solo sirve para transportar personas. Es, además, un monumento a la cultura,
identidad, ciencia, técnica y literatura rusas. Así lo explica el profesor
Flórez, uno de los mayores expertos colombianos en esa milenaria cultura.
Allí, la mayoría de las estaciones están dedicadas a los
héroes del país: hay una a Dmitri Ivánovich Mendeléyev (el creador de la tabla
periódica de los elementos) y otra a Fiódor Mijáilovich Dostoyevski (el
artífice de la magistral obra Crimen y castigo).
En otras se revelan pasajes de la extensa historia local, desde la época de los
zares hasta la era soviética.
¿Y cómo encaja Gabo en ese impresionante mosaico cultural
ruso? La respuesta es simple: él es uno de los autores extranjeros más
admirados, queridos y leídos en ese inmenso país.
“El metro de Moscú tiene un vagón dedicado a la poesía. Por
eso, nos contactamos con las autoridades del subterráneo y les propusimos exponer
en ese lugar la obra de García Márquez durante siete meses, para así de paso
promocionar la imagen de Colombia. Ellos accedieron de inmediato”, explica
Rubén Darío Flórez.
Pero ¿por qué la literatura de Gabo en un Vagón de la Poesía? En esa tarea de atar
cabos, el profesor de la UN
recuerda dos hechos: en sus inicios, el premio nobel introdujo su prosa en el
mundo de la rima y la métrica “con mucho éxito”, según dice.
Además, porque en su época de estudiante en la UN, este genio de las letras se
subía a los tranvías de Bogotá para leer novelas, mientras transitaba una y
otra vez por las céntricas calles de la capital. Así ocupaba sus tardes libres.
“Esa imagen captó mi imaginación y me permitió encontrar una
simbología común entre los primeros años de Gabo y el metro de Moscú”, asegura
Flórez.
Es así como, durante el próximo semestre, cerca de siete
millones de rusos (un millón se suben al mes al Vagón de la Poesía) tendrán un contacto
directo con la literatura y cultura colombianas. Ellos podrán apreciar
episodios mágicos de Cien años de soledad,
como el de Melquiades, el hombre que convierte los metales en oro.
“Esta es una metáfora para decir que la literatura
transforma las palabras en relatos maravillosos, y esa es la clave del realismo
mágico: que de episodios cotidianos, rutinarios, aparentemente intrascendentes,
surgen historias sorprendentes, gracias a la pluma de García Márquez”, destaca
el filólogo de la UN.
Así, las míticas mariposas amarillas dejarán de revolotear
tras los enamorados (como en la novela) para perseguir nuevos lectores, y
poemas poco conocidos del escritor rodarán de estación en estación.
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