MEMORABILIA GGM 553
LA JORNADA
Mexico D.F.
14 de febrero de
2012
PALACIO DE BELLAS ARTES. La escritora Ángeles Mastretta, el
empresario Carlos Slim Helú, Gabriel García Márquez, premio Nobel de
Literatura, y su esposa Mercedes Barcha, ayer en el concierto con que la
cantante Tania Libertad festejó 50 años de carrera. Foto Cristina Rodríguez
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TERRA
México D.F.
13 de febrero de 2012
Gabriel García Márquez
y Mercedes Barcha, amor mágico
Ciudad de México, México.- Mientras él escribía la novela
que lo convertiría en un talento inmortal, ella buscaba la forma de que el
carnicero le fiara los alimentos para subsistir un día más… al menos hasta el
día en que él escribiera la palabra Fin a esa historia que decidió bautizar Cien años de soledad.
El resto fue historia. La fama que le trajo su talento hizo
de Gabriel José de la
Concordia García Márquez un hombre reconocido en el mundo de
las letras. Pero hicieron falta más que una prosa rica y un estilo literario
único para lograr esta novela. Detrás de esta historia se ocultaba el amor de
su esposa: Mercedes Barcha.
Y de ese nombre tan largo se redujo a Gabriel García
Márquez. Y de éste a simplemente Gabo, uno de los autores más significativos
del siglo XX. Obtuvo el Nobel literario porque, en palabras de la Academia Sueca,
“sus novelas e historias cortas reúnen la fantasía y la realidad que se
combinan en un tranquilo mundo de imaginación rica, reflejando la vida y los
conflictos de un continente“.
Todo nació con una mirada y terminó en el altar. En 1958,
Gabo se casó con Mercedes Barcha. Tienen dos hijos, Rodrigo y Gonzalo.
Lo cierto es que esa imaginación rica y ese tranquilo mundo
no pudieron ser creados si no por la magia del amor. De un amor real, de un
amor mágico. Un realismo mágico. Y es que el amor bien logrado es en realidad
una extensión del realismo mágico.
Sin duda, un amor que llevó a ambos enamorados de la mano a
donde fuera. Después de escribir Cien
años de soledad, García Márquez se fue a Europa. Esta vez se instaló en
Barcelona, donde viviría durante siete años estableciendo relación con
numerosos intelectuales. Pero siempre acompañado de su amada Mercedes.
Dos amores que pese a los zarandeos de la vida nunca se
soltaron la mano. Tras la persecución política que ocasionó su libre
pensamiento, García Márquez decidió vivir en México. En 1999, le fue
diagnosticado un cáncer linfático y esto lo llevó a escribir sus memorias,
donde no han faltado las referencias a su esposa, como cuando dice “Si supiera
que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y
rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma” o “Si supiera que estos
son los últimos minutos que te veo diría te quiero y no asumiría, tontamente,
que ya lo sabes”.
Amar intensamente es como vivir cien años… y Gabo y Mercedes
se amarán en siguientes vidas, como Úrsula amaba a José Arcadio Buendía en los
pasillos de su Macondo del alma… Un amor que habrá de vivir cien años… pero sin
soledad.
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