Ministerio de
Tecnologías
de la
Información y las Comunicaciones
Bogotá -
Colombia
3 de noviembre
de 2017
Noticia
MinTIC
y FNPI presentaron
en
Cartagena los avances
del
Centro Gabo
Hoy
se presentaron en Cartagena el proyecto Centro Gabo, y sus programas en alianza
con el Ministerio TIC. El Centro Gabo desarrollará programas y proyectos para
divulgar el legado del Nobel
El
evento tuvo lugar en el Centro de Formación de la Cooperación Española, con
participación del Ministro de Tecnologías de la Información y las
Comunicaciones (TIC), David Luna; el Gobernador de Bolívar, Dumek Turbay; y un
grupo de académicos e investigadores de la vida y obra de Gabriel García
Márquez como Ariel Castillo, Alquimia Peña, Gloria Triana y Germán Rey, entre
otros.
El
objetivo del Centro Gabo es generar procesos de apropiación social del
conocimiento a partir del legado en movimiento de Gabriel García Márquez, para
despertar e impulsar vocación hacia las artes y las ciencias, promover el
pensamiento crítico e innovador, e inspirar y formar a la ciudadanía en el uso
ético y creativo del poder de investigación, narración y divulgación de
historias. Este proyecto surge como alianza público-privada y académica a
partir de la ley de honores 1741, expedida por el Congreso de Colombia en el
año 2014, luego del fallecimiento del Nobel de Literatura colombiano, la cual
declaró como proyecto de interés público la creación en Cartagena de un “Centro
Internacional para el legado de Gabriel García Márquez”.
“Desde
el MinTIC nuestra responsabilidad va más allá de llevar conexión a diferentes
partes del país: tenemos que lograr que los colombianos se apropien de la
tecnología y la usen como esa ventana hacia el conocimiento que permite
Internet. Muestra de ello es poder respaldar proyectos como el de la Fundación
Nuevo Periodismo que, por medio del Centro Gabo, busca poner al Nobel al
alcance de los ciudadanos del mundo”, aseguró el Ministro TIC durante el
conversatorio que sostuvo con Jaime Abello Banfi, de la Fundación Nuevo Periodismo
(FNPI).
Así
mismo, el Gobernador Dumek Turbay anunció que el Centro Gabo tendrá su sede
física en el Palacio de la Proclamación, edificio histórico ubicado en el
centro de Cartagena, que actualmente se encuentra en restauración con
financiamiento del Fondo Nacional de Regalías. En este espacio se dispondrá de
un área para una exposición interactiva bilingüe dedicada a la vida y obra de
Gabo, también se ofrecerá una programación cultural en el auditorio, y en salas
para talleres y exposiciones.
El
Centro Gabo desarrollará programas y proyectos para divulgar el legado del
Nobel en actuaciones educativas, culturales, comunicacionales, científicas y de
desarrollo social. Algunas de ellas empiezan a llevarse a cabo de manera
virtual, en virtud de los acuerdos celebrados entre la FNPI (Fundación Gabriel
García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano) y el MinTIC.
Durante
la presentación del Centro Virtual Gabo, el Ministro David Luna aseguró que
este es un espacio que, junto a nuestro aliado estratégico, la Fundación Nuevo
Periodismo, “decidimos crear como complemento al Centro Gabo, para que desde
cualquier lugar del mundo sea reconocido por las personas que, al ingresar al
sitio web, tendrán acceso a información de primera mano de nuestro Nobel de
Literatura. Este es un micrositio interactivo que muestra, a través de
contenidos innovadores, el legado de Gabriel García Márquez”.
Hoy
se pone en servicio oficialmente el sitio web www.centrogabo.org, desde el cual
se adelanta la campaña Memoria colectiva de Gabo, que busca ponerlo al alcance
de todos a través de sus ideas, reflexiones y experiencias, organizadas en cinco
dimensiones: su historia personal; su trayectoria y obras como investigador y
contador de historias en literatura, periodismo, cine y televisión; y sus
facetas de educador, emprendedor y ciudadano. Para eso, la FNPI está haciendo
una labor de compilación y curaduría de materiales de distintas fuentes,
incluyendo sus entrevistas* y discursos, algunos de los cuales ya están a
disposición de los usuarios en la web. Además, los ciudadanos podrán participar
compartiendo un testimonio (en video, texto o audio) con su mejor recuerdo o
anécdota sobre la vida y obra de Gabo.
Otro
de los proyectos en curso es Convivencias en Red, una iniciativa virtual que
tiene como propósito impulsar el uso cuidadoso y creativo de las redes sociales
como espacios de participación ciudadana. La estrategia en este caso es
visibilizar los problemas de la desinformación y de la manipulación mediática,
discutir colectivamente posibles soluciones, e inspirar cambios proponiendo
innovaciones. “Esta iniciativa ofrece recursos pedagógicos y espacios para que
los ciudadanos fortalezcan sus capacidades y competencias comunicativas, y
aprovechen las plataformas virtuales como espacios de participación cívica en
las que puedan establecer discusiones productivas e incluyentes”, afirmó el Ministro
TIC.
Dentro
de las experiencias piloto del Centro Gabo, la FNPI compartirá en el evento los
resultados de Cronicando, un ciclo de talleres de periodismo con niños y
jóvenes del barrio Nelson Mandela en Cartagena, realizado en alianza con la
Fundación TenarisTuboCaribe con el fin de incentivar en los participantes las
capacidades de investigación, narrativa y divulgación de historias con una
mirada crítica y activa frente a la realidad que los rodea.
Jaime
Abello Banfi, director general de la FNPI, concibe el Centro Gabo como una
manera de “poner la memoria viva de nuestro fundador al servicio del desarrollo
social y cultural de Cartagena, Bolívar y Colombia”.
*Tomando
como base la investigación de
MEMORABILIA
GGM,
Para
que no se las lleve el viento (N del E.)
El Espectador
Bogotá -
Colombia
2 de noviembre
de 2017
Hoy
presentan la primera etapa en Cartagena
Centro
Gabo, para todos los colombianos
Jaime
Abello Banfi, director de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano,
explica la misión de una entidad creada para que el país se apropie del legado
de Gabriel García Márquez.
La paz de
Colombia fue una de las “preocupaciones fundamentales” del Nobel y será clave
en el trabajo del Centro Gabo, según Jaime Abello. / Joaquín Sarmiento-FNPI
Por Redacción de
El Espectador
¿Qué se presenta
este viernes como Centro Gabo en Cartagena?
La
primera etapa de un proyecto de alianza público-privada y académica que busca
generar apropiación colectiva del legado en movimiento de Gabriel García Márquez.
Se trata de poner la memoria viva de nuestro premio nobel de literatura al
servicio del desarrollo social y cultural de Cartagena, Bolívar y Colombia.
¿Qué ofrece
centrogabo.org?
Gracias
al apoyo del Ministerio TIC, arrancamos hoy la página web que aloja los
contenidos de la campaña de memoria colectiva y el centro de conocimiento
virtual que buscan poner a Gabo al alcance de todos, así como el conjunto de
recursos de la iniciativa educativa Convivencias en Red, que tiene como
propósito impulsar un uso cuidadoso y productivo de las redes sociales.
¿Por qué para
ello el Congreso emitió la Ley de Honores 1741?
Porque
la ley, aprobada por unanimidad de todos los partidos al fallecer Gabo, tuvo
como propósito de política pública la preservación de su memoria, la
contribución a que se realicen sus ideales y el mantenimiento de su legado. Un
aspecto de la Ley de Honores que ya se puso en práctica es la emisión de
billetes con su imagen.
¿Por qué la sede
física funcionará en el Palacio de la Proclamación?
Cartagena
y Bolívar necesitan proyectos innovadores que devuelvan la esperanza a sus
habitantes. Dumek Turbay, gobernador de Bolívar, llegó a la conclusión de que
la oferta de programas y servicios del proyecto Centro Gabo es el mejor uso
posible que puede tener este edificio público de alto valor patrimonial, el
cual se restaura con financiamiento del Fondo Nacional de Regalías para ser
convertido en un nuevo centro cultural.
¿Qué espacios
habrá allí?
Según
el proyecto del arquitecto Alberto Samudio Trallero, adaptado al Centro Gabo,
contará con un área para la exposición interactiva dedicada a la vida y obra
del Nobel, la cual está llamada a convertirse en un nuevo atractivo turístico
de Cartagena. También habrá un auditorio, salas para talleres y exposiciones,
tiendas, cafetería y restaurante.
¿Cualquier
colombiano podrá aprender de todas las facetas de Gabo: ser humano, periodista,
escritor, emprendedor y educador?
La
Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) está compilando y
revisando todas las entrevistas que Gabo dio a lo largo de su vida para
ponerlas posteriormente a disposición de los usuarios del sitio web
centrogabo.org. Estamos convocando a los ciudadanos a que compartan, en video,
texto o audio, su mejor recuerdo de García Márquez en cualquiera de esas cinco
facetas, que son las ramas de lo que llamamos Árbol Gabo.
Habrá también
ciencias y artes.
Porque
Gabo sostenía que había que ponerlas en la misma canasta, como amigas y no
enemigas. La magia de su creatividad literaria se fundamentaba en el realismo
investigativo que forjó en el periodismo. Nuestro lema será investigar para
crear.
¿Qué centros de
memoria tomaron como referentes para construirlo?
En
el trabajo de consultas y planeación estratégica para idear y diseñar el Centro
Gabo, que nos tomó más de un año, investigamos en detalle la organización,
programas, tecnologías y sostenibilidad de 39 centros de varios países, desde
casas museos de autores hasta centros de ciencias.
¿Cuál es el
papel del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de
Colombia?
El
Ministerio TIC, que ha contribuido decisivamente a la puesta en marcha de la
primera etapa del Centro Gabo, es uno de los aliados públicos del orden
nacional previstos en la ley, junto con el Ministerio de Cultura.
¿Incluye la
Escuela Internacional de Formación e Innovación en Periodismo y Comunicación?
Con
este componente nos proponemos consolidar y proyectar ampliamente el proyecto
periodístico de Gabo, como evolución del trabajo que ha llevado a cabo la FNPI
a lo largo de 22 años con sus talleres y seminarios para periodistas de toda
Iberoamérica.
¿Qué es
“Cronicando”, el proyecto con que ya empezaron a trabajar en el barrio Nelson
Mandela?
Es
nuestro primer ciclo de talleres de periodismo para niños y jóvenes, organizado
en alianza con la Fundación Tenaris Tubocaribe, como experiencia piloto de la
FNPI en camino al Centro Gabo. El objetivo no es volverlos reporteros sino
contribuir a su desarrollo humano y su crecimiento ciudadano, mediante capacidades
para investigar, contar y compartir historias, con una mirada crítica frente a
la dura realidad que los rodea.
¿Cuándo será la
inauguración final?
En
el segundo semestre de 2018, esperamos. El gobernador Dumek Turbay ha anunciado
que la restauración del edificio que servirá de sede al Centro Gabo estará
lista el 15 de junio.
¿Cómo formar a
la ciudadanía en el uso ético y creativo de investigar, contar y compartir
historias?
Con
el método de talleres que Gabo desarrolló en la fundación, con acciones educativas
virtuales e itinerantes, con el aprovechamiento de dos décadas de experiencia
pedagógica en la formación e inspiración a periodistas para contar mejores
historias. La fundación compartirá sus aprendizajes con un público más amplio,
especialmente de niños, jóvenes y ciudadanos en las redes.
¿Y en materia de
construcción de la paz y la reconciliación?
La
búsqueda de la paz para Colombia fue una de las preocupaciones fundamentales de
Gabo como ciudadano. Desde esta perspectiva creemos en el poder transformador
de las historias y su capacidad de contribuir al desarrollo humano.
Como director de
la FNPI, ¿qué rol va a cumplir en el Centro Gabo?
Esta
fundación creada por Gabo ha asumido, con el respaldo de su junta directiva y
de la familia García Barcha, la responsabilidad de ampliar su objeto misional
para sacar adelante el Centro Gabo y cumplir la función que le asigna la Ley
1741 de gestor del proyecto con aliados públicos y privados. Personalmente me
he dedicado a la planeación y promoción del proyecto, pero luego pondremos en
marcha una unidad de trabajo especializada, que actuará con criterio de empresa
cultural.
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SDP Noticias.com
Ciudad de México
29 de octubre de
2017
Entrevista
La
Muñeca Tetona. Gabo y Salinas
Por Diego Osorno
Ricardo Salinas (sic) Foto de propiedad de Especial |
Hace
tiempo apareció en Twitter una vieja fotografía que muestra a diversos
personajes notables del México de finales del siglo XX. Entre los periodistas,
escritores, académicos y artistas se encontraba un polémico presidente. Una
misteriosa dama de peluche se coló también a esta imagen histórica. Esta es la
sexta entrega de una serie periodística de SDPnoticias.com sobre la historia
detrás de esta fotografía.
–De los
escritores que aparecen con usted en la fotografía, ¿a cuál ha leído más?–,
pregunto a bocajarro al expresidente Carlos Salinas de Gortari en la biblioteca
de su casa en la Ciudad de México.
–
El Gabo García Márquez es un titán colombiano por nacimiento y mexicano por
adopción, universal. Curiosamente tengo una primera edición de Cien años de
soledad, autografiada por el Gabo, pero antes del Premio Nobel de Literatura. Y
me encantaría mostrarte la dedicatoria, porque es simpatiquísima. Años después
la comentábamos el Gabo y yo, porque decía: “Para Carlos Salinas de Gortari, de
un escritor todavía desconocido”. Y ese escritor desconocido es el titán de la
literatura universal, Gabriel García Márquez.
Foto
de “La muñeca tetona” Propiedad de
Pedro Valtierra
– ¿Cómo se dio
la relación tan cercana con Gabriel García Márquez?
–
Con el Gabo García Márquez había una relación muy estrecha con él y con su
esposa Mercedes, desde antes de que llegara yo a la Presidencia. Siendo
secretario de Programación y Presupuesto, habíamos establecido una cordial
amistad. Pero ya en la Presidencia, además de disfrutar esas conversaciones con
el Gabo, que a lo que uno se dedicaba era a escuchar, porque quería uno
absorber no sólo el caudal de conocimientos que él tenía, sino la sensibilidad
para expresarlos –cualquiera que haya leído sus libros, podrá explicar mejor
que yo a lo que me refiero.
– ¿García
Márquez le dio algunos consejos en particular cuando usted era presidente?
–
Con el Gabo ocurrió una cosa adicional. A fines de 1994, pasada la elección
presidencial y unos pocos meses antes de terminar mi responsabilidad, recibí
una llamada del presidente (William) Clinton de los Estados Unidos, quien me
llamaba para expresarme su reconocimiento a la transparencia y el desarrollo de
la elección presidencial, pero sobre todo agregó que tenía una gran
preocupación por la cantidad de balseros que estaban saliendo de Cuba. Y el
presidente Clinton, siendo gobernador de Arkansas, había padecido una presencia
masiva de refugiados o balseros cubanos que le habían creado un problema tal
que había perdido su reelección como gobernador. Después volvió a ganar. No
quería perder su reelección como presidente de los EEUU. Entonces me dijo:
“Ayúdame por favor para ver qué está sucediendo en Cuba y cómo podemos ordenar
estas salidas masivas”. Decidí hablar con Fidel Castro, pero primero le llamé
al mejor interlocutor con Fidel. Tomé el teléfono, le marqué a Gabriel García
Márquez a su casa al Pedregal de San Ángel, y lo único que le dije: “Gabriel, me
gustaría hablar contigo. ¿Podrías venir a Los Pinos?”. Eran como las nueve de
la noche, era una respetuosa invitación, pero habiendo tan buena relación pues
no es común que el Presidente de la República llame: “¿Puedes venir ahorita
para acá?”. Decía el Gabo después: “Nunca había circulado tan rápido en la
ciudad y nunca había entrado tan rápido a Los Pinos”. Cuando llegó le expresé
lo que había sucedido, y el Gabo me dijo: “Creo que es mejor que usted le llame
directamente al presidente Castro. Pero –me dijo el Gabo– les voy a avisar en
La Habana de esta llamada”. Así lo hizo. Tuve la conversación con el comandante
Fidel Castro y le expresé que le iba a pedir a Gabriel García Márquez que se
trasladara a La Habana para que le explicara personalmente cuál era la esencia
del problema. Así lo hizo el Gabo y se inició un diálogo entre el presidente de
EEUU y el comandante Fidel Castro, terciado por el presidente de México, pero
con una presencia extraordinaria de Gabriel García Márquez que permitió
finalmente el acuerdo que sigue vigente sobre la migración ordenada de cubanos
hacia los EEUU y que abrió camino, un sendero para mejores relaciones entre
esas dos grandes naciones que tan importantes y relevantes son para nosotros.
– ¿La relación
de los intelectuales con el poder es igual en México que en otros países?
Varios políticos me han dicho que el intelectual mexicano puede ser muy
cortesano en privado y después, en lo público, muy crítico. ¿Cuál es la
caracterización que usted haría del intelectual mexicano?
–
Bueno, yo creo que los intelectuales mexicanos son similares a los del resto
del mundo en cuanto a su afán de descubrir la verdad, de contribuir a la
creación cultural, de ser parte de la transformación del mundo en el que
vivimos y de la batalla de las ideas. En su relación con el poder, en mi
experiencia, fue similar a la que yo observaba, por ejemplo, del presidente
Clinton. En el contexto de la migración de balseros cubanos, tuvo una cena el
presidente Clinton en una isla en el sur de Boston que se llama Martha’s
Vineyard, precisamente con Carlos Fuentes y con Gabriel García Márquez; y
William Styron estaba también, si no me equivoco.
Y
ahí Clinton sabía que el Gabo tenía este diálogo que yo le había pedido con el
comandante Fidel Castro, y Clinton relata en sus memorias que él no quería
hablar con el Gabo del tema, porque no quería exponerse a que se supiera
públicamente que estaba platicando con Fidel Castro, pero que estaba dispuesto
a escuchar al Gabo. Y el Gabo le hizo unas reflexiones que después el propio
Gabriel me pasó el escrito que él hizo sobre ese diálogo con el presidente
Clinton.
Pero
lo que quiero decir con esto es que, como en México, en Estados Unidos el
presidente tenía una interacción y un diálogo con intelectuales norteamericanos
y universales, o como los tenía en Francia el presidente (François) Mitterrand.
Yo recuerdo una comida que tuvimos en el Palacio Eliseo ahí en París, y que el
presidente Mitterrand me invitó mientras estaba yo en una gira de trabajo en
Francia, e invité a Carlos Fuentes. Y estábamos conversando; el presidente
Mitterrand una figura impresionante, extraordinaria.
– ¿De qué
hablaron?
–
El presidente Miterrand me hacía reflexiones muy serias, y yo lo escuchaba con
atención. Luego yo le comentaba y yo veía que él también me escuchaba, pero un
poco con el párpado medio caído, y yo decía: “Creo que hay un tema que le va a
interesar y lo va a reavivar”. Y le dije: “Presidente Mitterrand, los hombres
de Estado también se significan por su contribución a la cultura por la vía de
la arquitectura. Por ejemplo –le dije yo– ahí está Luis XIV con Versalles”.
Y
en ese momento el presidente Mitterrand se levantó en la silla y me empezó a
platicar de su proyecto de la Biblioteca Nacional y después del Arco de la
Defensa y del Museo d’Orsay, y entonces empezamos en un diálogo en el que
terció Carlos Fuentes, y todo ese significado de la cultura en la vida de una
nación y en la convivencia política. No por nada el Partenón en Grecia fue
iniciativa de Pericles y construcción de Fídeas, por la estatua de Palas
Atenea. Pero esa interacción que hace dos mil quinientos años se dio en Grecia
es similar a la que tuvo el presidente Clinton con los intelectuales ahí en
esta cena que yo relato, o en esta que tuvimos con Carlos Fuentes y que
después, a propósito de ese diálogo con el presidente Mitterrand y platicando
la renovación que estaban haciendo del Museo de Louvre, le pidió a su ministro
de cultura que nos llevara a recorrer los sótanos del Louvre. ¡Cómo los habían
arreglado! ¡Eran los basamentos de la fortaleza original! Y ahí anduvimos
caminando Fuentes, el Gabo, el ministro de cultura, Mitterrand y yo. Después
nos fuimos a cenar unas ostras deliciosas a ese lugar famoso de las ostras en
París. Bueno, ostras le dicen a los ostiones. Pero lo que quiero decir con esto
es que son ejemplos de estas interrelaciones del poder público con esa parte
fundamental de la sociedad civil que son los intelectuales.
Autógrafo de GGM para Carlos Salinas de Gortari |
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EXCELSIOR
Ciudad de México
6 de noviembre
de 2017
Columna de
opinión
Gabriel
García Márquez. Y ya
Por María Luisa
Mendoza
Cuando
conocí a Gabriel García Márquez éramos muy jóvenes y yo creo que nos
observábamos entre todos para adivinar qué éramos. Yo lo veía como un muchacho
costeño con el cabello acairelado y unos ojos formidables, vigías, negros,
brillantes, y tamaño bigote
Ella,
La Gaba, como le decíamos antes y yo sigo con la manía (ahora es Meche), su
preciosura estaba tal vez en los pómulos y la boca llenita, hinchada de
juventud. Suave La Gaba hablaba poco y emitía una gentileza admirable de
discreción de la que yo carecía. La reunión que más recuerdo era en un
departamento que daba a Reforma y los muchos allí hablando de literatura, cine,
teatro y cualquier manifestación hermosa de cultura. Comíamos poco y bebíamos
mucho, reíamos y a veces pasaba el velo del ángel negro recordándonos guerras,
exilios, pobrezas, soledades, pero los dejábamos inexistentes con sólo darnos
cuenta de lo felices que éramos.
Gabo
escribía novelas, no las contaba, y en ese entonces se preparaba para la más
grande, regresando a las lluvias, los animales, los secretos, lo sobrenatural y
la alegría de vivir. Estaban los García Ascot, la pareja más bella de la
localidad, a los cuales quitarles los ojos de encima costaba lo que les
platiqué. Los nombro porque en el destino ya estaba escrito que a ellos Gabo
les iba a dedicar la gran novela de su acervo Cien Años de Soledad, que yo creo
aún no existía en su mesa de trabajo donde Dios lo iluminó, mesa que tiene en
su casa Chaneca Maldonado.
A
continuación vino la locura, Gabo había escrito la maravilla de las letras,
entregada a la editorial y el libro empezaba a estremecer los cuartos en donde
se leía como el primer libro de la existencia… de pronto, todos los escritores
se volvieron chiquititos, algo muy extraño porque nos movíamos entre la obra de
los excelsos y si bajábamos los ojos al presente apenas Navokov o Laurence nos
satisfacía. Sí, éramos snobs por antonomasia, pero lo merecíamos por edad, nos
veíamos con desconfianza de que alguno estuviera escribiendo algo valioso
cuando nosotros nada más leíamos y regresábamos a la gran risa universal que
nos sustentaba, por ejemplo, del esfumarse de la Unión Soviética, de la dura
verdad de la pérdida de la España republicana que nos llenaba de orgullo y
ahora nos hacía sentirnos en ese páramo que en la actualidad hemos vuelto.
Ya
no están Hitler ni Stalin ni Franco, por hablar de los más horrendos. Pero
tenemos a un Trump con las manos regordetas, apretando los naipes de la
libertad de todos los países que se le ocurran. Indudablemente somos uno de los
elegidos por el color de nuestra piel.
Yo
he escrito muchas páginas de esa época. Jomi entrando al departamento de dibujo
donde trabajábamos el arquitecto Blandino García Ascot y yo… la conmoción ante
su galanura y apostura y todo lo que usted quiera y mande.
Blandino
me enseñó mucho de la España republicana, su amor lo compartí con él, sus
viajes en el tren que su padre coordinaba en toda España, la del amarillo y
morado. El arquitecto celebraba las fiestas republicanas con una pasión
conmovedora, igual a la que yo siento por las fiestas provincianas de mi
tierra.
Cuando
fui a España, tal vez el arquitecto ya habría muerto, pero estuvo conmigo las
muchas veces que visité su patria y se la dediqué amorosamente.
Decía
que mucho he escrito sobre este girón de tiempo con Gabo llenándonos de flores
y de alegría, todas las rosas amarillas que llenaron su casa el día en que fue
conocido el Premio Nobel y yo estaba allí milagrosamente, y me quedé
contestando el teléfono con llamadas de todo el mundo, lo juro, y yo con mi
inglés de Katy Jurado, mi emoción al cien por ciento, mareada del millar de
rosas, insisto, lleno el garaje, y el comedor, la sala y todo.
Y
nadie más que yo y el servicio de los Gabos, y el teléfono, las rosas y las
margaritas, y cuando me fui mareada de amor y de aroma, llegó el enorme y
entrañable amigo de Gabo y dicen que preguntó asustado… había viajado en avión
hasta la casa de los García y preguntó ¿quién se murió?
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