6 de noviembre de 2017

MEMORABILIA GGM 879

MINTIC
Ministerio de Tecnologías
de la Información y las Comunicaciones
Bogotá - Colombia
3 de noviembre de 2017

Noticia

MinTIC y FNPI presentaron
en Cartagena los avances
del Centro Gabo
Hoy se presentaron en Cartagena el proyecto Centro Gabo, y sus programas en alianza con el Ministerio TIC. El Centro Gabo desarrollará programas y proyectos para divulgar el legado del Nobel

El evento tuvo lugar en el Centro de Formación de la Cooperación Española, con participación del Ministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), David Luna; el Gobernador de Bolívar, Dumek Turbay; y un grupo de académicos e investigadores de la vida y obra de Gabriel García Márquez como Ariel Castillo, Alquimia Peña, Gloria Triana y Germán Rey, entre otros.

El objetivo del Centro Gabo es generar procesos de apropiación social del conocimiento a partir del legado en movimiento de Gabriel García Márquez, para despertar e impulsar vocación hacia las artes y las ciencias, promover el pensamiento crítico e innovador, e inspirar y formar a la ciudadanía en el uso ético y creativo del poder de investigación, narración y divulgación de historias. Este proyecto surge como alianza público-privada y académica a partir de la ley de honores 1741, expedida por el Congreso de Colombia en el año 2014, luego del fallecimiento del Nobel de Literatura colombiano, la cual declaró como proyecto de interés público la creación en Cartagena de un “Centro Internacional para el legado de Gabriel García Márquez”.

“Desde el MinTIC nuestra responsabilidad va más allá de llevar conexión a diferentes partes del país: tenemos que lograr que los colombianos se apropien de la tecnología y la usen como esa ventana hacia el conocimiento que permite Internet. Muestra de ello es poder respaldar proyectos como el de la Fundación Nuevo Periodismo que, por medio del Centro Gabo, busca poner al Nobel al alcance de los ciudadanos del mundo”, aseguró el Ministro TIC durante el conversatorio que sostuvo con Jaime Abello Banfi, de la Fundación Nuevo Periodismo (FNPI).

Así mismo, el Gobernador Dumek Turbay anunció que el Centro Gabo tendrá su sede física en el Palacio de la Proclamación, edificio histórico ubicado en el centro de Cartagena, que actualmente se encuentra en restauración con financiamiento del Fondo Nacional de Regalías. En este espacio se dispondrá de un área para una exposición interactiva bilingüe dedicada a la vida y obra de Gabo, también se ofrecerá una programación cultural en el auditorio, y en salas para talleres y exposiciones.

El Centro Gabo desarrollará programas y proyectos para divulgar el legado del Nobel en actuaciones educativas, culturales, comunicacionales, científicas y de desarrollo social. Algunas de ellas empiezan a llevarse a cabo de manera virtual, en virtud de los acuerdos celebrados entre la FNPI (Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano) y el MinTIC.

Durante la presentación del Centro Virtual Gabo, el Ministro David Luna aseguró que este es un espacio que, junto a nuestro aliado estratégico, la Fundación Nuevo Periodismo, “decidimos crear como complemento al Centro Gabo, para que desde cualquier lugar del mundo sea reconocido por las personas que, al ingresar al sitio web, tendrán acceso a información de primera mano de nuestro Nobel de Literatura. Este es un micrositio interactivo que muestra, a través de contenidos innovadores, el legado de Gabriel García Márquez”.

Hoy se pone en servicio oficialmente el sitio web www.centrogabo.org, desde el cual se adelanta la campaña Memoria colectiva de Gabo, que busca ponerlo al alcance de todos a través de sus ideas, reflexiones y experiencias, organizadas en cinco dimensiones: su historia personal; su trayectoria y obras como investigador y contador de historias en literatura, periodismo, cine y televisión; y sus facetas de educador, emprendedor y ciudadano. Para eso, la FNPI está haciendo una labor de compilación y curaduría de materiales de distintas fuentes, incluyendo sus entrevistas* y discursos, algunos de los cuales ya están a disposición de los usuarios en la web. Además, los ciudadanos podrán participar compartiendo un testimonio (en video, texto o audio) con su mejor recuerdo o anécdota sobre la vida y obra de Gabo.

Otro de los proyectos en curso es Convivencias en Red, una iniciativa virtual que tiene como propósito impulsar el uso cuidadoso y creativo de las redes sociales como espacios de participación ciudadana. La estrategia en este caso es visibilizar los problemas de la desinformación y de la manipulación mediática, discutir colectivamente posibles soluciones, e inspirar cambios proponiendo innovaciones. “Esta iniciativa ofrece recursos pedagógicos y espacios para que los ciudadanos fortalezcan sus capacidades y competencias comunicativas, y aprovechen las plataformas virtuales como espacios de participación cívica en las que puedan establecer discusiones productivas e incluyentes”, afirmó el Ministro TIC.

Dentro de las experiencias piloto del Centro Gabo, la FNPI compartirá en el evento los resultados de Cronicando, un ciclo de talleres de periodismo con niños y jóvenes del barrio Nelson Mandela en Cartagena, realizado en alianza con la Fundación TenarisTuboCaribe con el fin de incentivar en los participantes las capacidades de investigación, narrativa y divulgación de historias con una mirada crítica y activa frente a la realidad que los rodea.

Jaime Abello Banfi, director general de la FNPI, concibe el Centro Gabo como una manera de “poner la memoria viva de nuestro fundador al servicio del desarrollo social y cultural de Cartagena, Bolívar y Colombia”.

*Tomando como base la investigación de
MEMORABILIA GGM,
Para que no se las lleve el viento (N del E.)

El Espectador
Bogotá - Colombia
2 de noviembre de 2017

  
Hoy presentan la primera etapa en Cartagena

Centro Gabo, para todos los colombianos
Jaime Abello Banfi, director de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, explica la misión de una entidad creada para que el país se apropie del legado de Gabriel García Márquez.

La paz de Colombia fue una de las “preocupaciones fundamentales” del Nobel y será clave en el trabajo del Centro Gabo, según Jaime Abello. / Joaquín Sarmiento-FNPI

Por Redacción de El Espectador

¿Qué se presenta este viernes como Centro Gabo en Cartagena?
La primera etapa de un proyecto de alianza público-privada y académica que busca generar apropiación colectiva del legado en movimiento de Gabriel García Márquez. Se trata de poner la memoria viva de nuestro premio nobel de literatura al servicio del desarrollo social y cultural de Cartagena, Bolívar y Colombia.

¿Qué ofrece centrogabo.org?
Gracias al apoyo del Ministerio TIC, arrancamos hoy la página web que aloja los contenidos de la campaña de memoria colectiva y el centro de conocimiento virtual que buscan poner a Gabo al alcance de todos, así como el conjunto de recursos de la iniciativa educativa Convivencias en Red, que tiene como propósito impulsar un uso cuidadoso y productivo de las redes sociales.

¿Por qué para ello el Congreso emitió la Ley de Honores 1741?
Porque la ley, aprobada por unanimidad de todos los partidos al fallecer Gabo, tuvo como propósito de política pública la preservación de su memoria, la contribución a que se realicen sus ideales y el mantenimiento de su legado. Un aspecto de la Ley de Honores que ya se puso en práctica es la emisión de billetes con su imagen.

¿Por qué la sede física funcionará en el Palacio de la Proclamación?
Cartagena y Bolívar necesitan proyectos innovadores que devuelvan la esperanza a sus habitantes. Dumek Turbay, gobernador de Bolívar, llegó a la conclusión de que la oferta de programas y servicios del proyecto Centro Gabo es el mejor uso posible que puede tener este edificio público de alto valor patrimonial, el cual se restaura con financiamiento del Fondo Nacional de Regalías para ser convertido en un nuevo centro cultural.

¿Qué espacios habrá allí?
Según el proyecto del arquitecto Alberto Samudio Trallero, adaptado al Centro Gabo, contará con un área para la exposición interactiva dedicada a la vida y obra del Nobel, la cual está llamada a convertirse en un nuevo atractivo turístico de Cartagena. También habrá un auditorio, salas para talleres y exposiciones, tiendas, cafetería y restaurante.

¿Cualquier colombiano podrá aprender de todas las facetas de Gabo: ser humano, periodista, escritor, emprendedor y educador?
La Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) está compilando y revisando todas las entrevistas que Gabo dio a lo largo de su vida para ponerlas posteriormente a disposición de los usuarios del sitio web centrogabo.org. Estamos convocando a los ciudadanos a que compartan, en video, texto o audio, su mejor recuerdo de García Márquez en cualquiera de esas cinco facetas, que son las ramas de lo que llamamos Árbol Gabo.

Habrá también ciencias y artes.
Porque Gabo sostenía que había que ponerlas en la misma canasta, como amigas y no enemigas. La magia de su creatividad literaria se fundamentaba en el realismo investigativo que forjó en el periodismo. Nuestro lema será investigar para crear.

¿Qué centros de memoria tomaron como referentes para construirlo?
En el trabajo de consultas y planeación estratégica para idear y diseñar el Centro Gabo, que nos tomó más de un año, investigamos en detalle la organización, programas, tecnologías y sostenibilidad de 39 centros de varios países, desde casas museos de autores hasta centros de ciencias.

¿Cuál es el papel del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de Colombia?
El Ministerio TIC, que ha contribuido decisivamente a la puesta en marcha de la primera etapa del Centro Gabo, es uno de los aliados públicos del orden nacional previstos en la ley, junto con el Ministerio de Cultura.

¿Incluye la Escuela Internacional de Formación e Innovación en Periodismo y Comunicación?
Con este componente nos proponemos consolidar y proyectar ampliamente el proyecto periodístico de Gabo, como evolución del trabajo que ha llevado a cabo la FNPI a lo largo de 22 años con sus talleres y seminarios para periodistas de toda Iberoamérica.

¿Qué es “Cronicando”, el proyecto con que ya empezaron a trabajar en el barrio Nelson Mandela?
Es nuestro primer ciclo de talleres de periodismo para niños y jóvenes, organizado en alianza con la Fundación Tenaris Tubocaribe, como experiencia piloto de la FNPI en camino al Centro Gabo. El objetivo no es volverlos reporteros sino contribuir a su desarrollo humano y su crecimiento ciudadano, mediante capacidades para investigar, contar y compartir historias, con una mirada crítica frente a la dura realidad que los rodea.

¿Cuándo será la inauguración final?
En el segundo semestre de 2018, esperamos. El gobernador Dumek Turbay ha anunciado que la restauración del edificio que servirá de sede al Centro Gabo estará lista el 15 de junio.

¿Cómo formar a la ciudadanía en el uso ético y creativo de investigar, contar y compartir historias?
Con el método de talleres que Gabo desarrolló en la fundación, con acciones educativas virtuales e itinerantes, con el aprovechamiento de dos décadas de experiencia pedagógica en la formación e inspiración a periodistas para contar mejores historias. La fundación compartirá sus aprendizajes con un público más amplio, especialmente de niños, jóvenes y ciudadanos en las redes.

¿Y en materia de construcción de la paz y la reconciliación?
La búsqueda de la paz para Colombia fue una de las preocupaciones fundamentales de Gabo como ciudadano. Desde esta perspectiva creemos en el poder transformador de las historias y su capacidad de contribuir al desarrollo humano.

Como director de la FNPI, ¿qué rol va a cumplir en el Centro Gabo?
Esta fundación creada por Gabo ha asumido, con el respaldo de su junta directiva y de la familia García Barcha, la responsabilidad de ampliar su objeto misional para sacar adelante el Centro Gabo y cumplir la función que le asigna la Ley 1741 de gestor del proyecto con aliados públicos y privados. Personalmente me he dedicado a la planeación y promoción del proyecto, pero luego pondremos en marcha una unidad de trabajo especializada, que actuará con criterio de empresa cultural.

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SDP Noticias.com
Ciudad de México
29 de octubre de 2017

Entrevista
La Muñeca Tetona. Gabo y Salinas

Por Diego Osorno

Ricardo Salinas (sic) Foto de propiedad de Especial
Hace tiempo apareció en Twitter una vieja fotografía que muestra a diversos personajes notables del México de finales del siglo XX. Entre los periodistas, escritores, académicos y artistas se encontraba un polémico presidente. Una misteriosa dama de peluche se coló también a esta imagen histórica. Esta es la sexta entrega de una serie periodística de SDPnoticias.com sobre la historia detrás de esta fotografía.

–De los escritores que aparecen con usted en la fotografía, ¿a cuál ha leído más?–, pregunto a bocajarro al expresidente Carlos Salinas de Gortari en la biblioteca de su casa en la Ciudad de México.
– El Gabo García Márquez es un titán colombiano por nacimiento y mexicano por adopción, universal. Curiosamente tengo una primera edición de Cien años de soledad, autografiada por el Gabo, pero antes del Premio Nobel de Literatura. Y me encantaría mostrarte la dedicatoria, porque es simpatiquísima. Años después la comentábamos el Gabo y yo, porque decía: “Para Carlos Salinas de Gortari, de un escritor todavía desconocido”. Y ese escritor desconocido es el titán de la literatura universal, Gabriel García Márquez.

 Foto de “La muñeca tetona” Propiedad de Pedro Valtierra

– ¿Cómo se dio la relación tan cercana con Gabriel García Márquez?
– Con el Gabo García Márquez había una relación muy estrecha con él y con su esposa Mercedes, desde antes de que llegara yo a la Presidencia. Siendo secretario de Programación y Presupuesto, habíamos establecido una cordial amistad. Pero ya en la Presidencia, además de disfrutar esas conversaciones con el Gabo, que a lo que uno se dedicaba era a escuchar, porque quería uno absorber no sólo el caudal de conocimientos que él tenía, sino la sensibilidad para expresarlos –cualquiera que haya leído sus libros, podrá explicar mejor que yo a lo que me refiero.

– ¿García Márquez le dio algunos consejos en particular cuando usted era presidente?
– Con el Gabo ocurrió una cosa adicional. A fines de 1994, pasada la elección presidencial y unos pocos meses antes de terminar mi responsabilidad, recibí una llamada del presidente (William) Clinton de los Estados Unidos, quien me llamaba para expresarme su reconocimiento a la transparencia y el desarrollo de la elección presidencial, pero sobre todo agregó que tenía una gran preocupación por la cantidad de balseros que estaban saliendo de Cuba. Y el presidente Clinton, siendo gobernador de Arkansas, había padecido una presencia masiva de refugiados o balseros cubanos que le habían creado un problema tal que había perdido su reelección como gobernador. Después volvió a ganar. No quería perder su reelección como presidente de los EEUU. Entonces me dijo: “Ayúdame por favor para ver qué está sucediendo en Cuba y cómo podemos ordenar estas salidas masivas”. Decidí hablar con Fidel Castro, pero primero le llamé al mejor interlocutor con Fidel. Tomé el teléfono, le marqué a Gabriel García Márquez a su casa al Pedregal de San Ángel, y lo único que le dije: “Gabriel, me gustaría hablar contigo. ¿Podrías venir a Los Pinos?”. Eran como las nueve de la noche, era una respetuosa invitación, pero habiendo tan buena relación pues no es común que el Presidente de la República llame: “¿Puedes venir ahorita para acá?”. Decía el Gabo después: “Nunca había circulado tan rápido en la ciudad y nunca había entrado tan rápido a Los Pinos”. Cuando llegó le expresé lo que había sucedido, y el Gabo me dijo: “Creo que es mejor que usted le llame directamente al presidente Castro. Pero –me dijo el Gabo– les voy a avisar en La Habana de esta llamada”. Así lo hizo. Tuve la conversación con el comandante Fidel Castro y le expresé que le iba a pedir a Gabriel García Márquez que se trasladara a La Habana para que le explicara personalmente cuál era la esencia del problema. Así lo hizo el Gabo y se inició un diálogo entre el presidente de EEUU y el comandante Fidel Castro, terciado por el presidente de México, pero con una presencia extraordinaria de Gabriel García Márquez que permitió finalmente el acuerdo que sigue vigente sobre la migración ordenada de cubanos hacia los EEUU y que abrió camino, un sendero para mejores relaciones entre esas dos grandes naciones que tan importantes y relevantes son para nosotros.

– ¿La relación de los intelectuales con el poder es igual en México que en otros países? Varios políticos me han dicho que el intelectual mexicano puede ser muy cortesano en privado y después, en lo público, muy crítico. ¿Cuál es la caracterización que usted haría del intelectual mexicano?
– Bueno, yo creo que los intelectuales mexicanos son similares a los del resto del mundo en cuanto a su afán de descubrir la verdad, de contribuir a la creación cultural, de ser parte de la transformación del mundo en el que vivimos y de la batalla de las ideas. En su relación con el poder, en mi experiencia, fue similar a la que yo observaba, por ejemplo, del presidente Clinton. En el contexto de la migración de balseros cubanos, tuvo una cena el presidente Clinton en una isla en el sur de Boston que se llama Martha’s Vineyard, precisamente con Carlos Fuentes y con Gabriel García Márquez; y William Styron estaba también, si no me equivoco.
Y ahí Clinton sabía que el Gabo tenía este diálogo que yo le había pedido con el comandante Fidel Castro, y Clinton relata en sus memorias que él no quería hablar con el Gabo del tema, porque no quería exponerse a que se supiera públicamente que estaba platicando con Fidel Castro, pero que estaba dispuesto a escuchar al Gabo. Y el Gabo le hizo unas reflexiones que después el propio Gabriel me pasó el escrito que él hizo sobre ese diálogo con el presidente Clinton.
Pero lo que quiero decir con esto es que, como en México, en Estados Unidos el presidente tenía una interacción y un diálogo con intelectuales norteamericanos y universales, o como los tenía en Francia el presidente (François) Mitterrand. Yo recuerdo una comida que tuvimos en el Palacio Eliseo ahí en París, y que el presidente Mitterrand me invitó mientras estaba yo en una gira de trabajo en Francia, e invité a Carlos Fuentes. Y estábamos conversando; el presidente Mitterrand una figura impresionante, extraordinaria.

– ¿De qué hablaron?
– El presidente Miterrand me hacía reflexiones muy serias, y yo lo escuchaba con atención. Luego yo le comentaba y yo veía que él también me escuchaba, pero un poco con el párpado medio caído, y yo decía: “Creo que hay un tema que le va a interesar y lo va a reavivar”. Y le dije: “Presidente Mitterrand, los hombres de Estado también se significan por su contribución a la cultura por la vía de la arquitectura. Por ejemplo –le dije yo– ahí está Luis XIV con Versalles”.

Y en ese momento el presidente Mitterrand se levantó en la silla y me empezó a platicar de su proyecto de la Biblioteca Nacional y después del Arco de la Defensa y del Museo d’Orsay, y entonces empezamos en un diálogo en el que terció Carlos Fuentes, y todo ese significado de la cultura en la vida de una nación y en la convivencia política. No por nada el Partenón en Grecia fue iniciativa de Pericles y construcción de Fídeas, por la estatua de Palas Atenea. Pero esa interacción que hace dos mil quinientos años se dio en Grecia es similar a la que tuvo el presidente Clinton con los intelectuales ahí en esta cena que yo relato, o en esta que tuvimos con Carlos Fuentes y que después, a propósito de ese diálogo con el presidente Mitterrand y platicando la renovación que estaban haciendo del Museo de Louvre, le pidió a su ministro de cultura que nos llevara a recorrer los sótanos del Louvre. ¡Cómo los habían arreglado! ¡Eran los basamentos de la fortaleza original! Y ahí anduvimos caminando Fuentes, el Gabo, el ministro de cultura, Mitterrand y yo. Después nos fuimos a cenar unas ostras deliciosas a ese lugar famoso de las ostras en París. Bueno, ostras le dicen a los ostiones. Pero lo que quiero decir con esto es que son ejemplos de estas interrelaciones del poder público con esa parte fundamental de la sociedad civil que son los intelectuales.

Autógrafo de GGM para Carlos Salinas de Gortari

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EXCELSIOR
Ciudad de México
6 de noviembre de 2017

Columna de opinión

Gabriel García Márquez. Y ya

Por María Luisa Mendoza

Cuando conocí a Gabriel García Márquez éramos muy jóvenes y yo creo que nos observábamos entre todos para adivinar qué éramos. Yo lo veía como un muchacho costeño con el cabello acairelado y unos ojos formidables, vigías, negros, brillantes, y tamaño bigote

Ella, La Gaba, como le decíamos antes y yo sigo con la manía (ahora es Meche), su preciosura estaba tal vez en los pómulos y la boca llenita, hinchada de juventud. Suave La Gaba hablaba poco y emitía una gentileza admirable de discreción de la que yo carecía. La reunión que más recuerdo era en un departamento que daba a Reforma y los muchos allí hablando de literatura, cine, teatro y cualquier manifestación hermosa de cultura. Comíamos poco y bebíamos mucho, reíamos y a veces pasaba el velo del ángel negro recordándonos guerras, exilios, pobrezas, soledades, pero los dejábamos inexistentes con sólo darnos cuenta de lo felices que éramos.

Gabo escribía novelas, no las contaba, y en ese entonces se preparaba para la más grande, regresando a las lluvias, los animales, los secretos, lo sobrenatural y la alegría de vivir. Estaban los García Ascot, la pareja más bella de la localidad, a los cuales quitarles los ojos de encima costaba lo que les platiqué. Los nombro porque en el destino ya estaba escrito que a ellos Gabo les iba a dedicar la gran novela de su acervo Cien Años de Soledad, que yo creo aún no existía en su mesa de trabajo donde Dios lo iluminó, mesa que tiene en su casa Chaneca Maldonado.

A continuación vino la locura, Gabo había escrito la maravilla de las letras, entregada a la editorial y el libro empezaba a estremecer los cuartos en donde se leía como el primer libro de la existencia… de pronto, todos los escritores se volvieron chiquititos, algo muy extraño porque nos movíamos entre la obra de los excelsos y si bajábamos los ojos al presente apenas Navokov o Laurence nos satisfacía. Sí, éramos snobs por antonomasia, pero lo merecíamos por edad, nos veíamos con desconfianza de que alguno estuviera escribiendo algo valioso cuando nosotros nada más leíamos y regresábamos a la gran risa universal que nos sustentaba, por ejemplo, del esfumarse de la Unión Soviética, de la dura verdad de la pérdida de la España republicana que nos llenaba de orgullo y ahora nos hacía sentirnos en ese páramo que en la actualidad hemos vuelto.

Ya no están Hitler ni Stalin ni Franco, por hablar de los más horrendos. Pero tenemos a un Trump con las manos regordetas, apretando los naipes de la libertad de todos los países que se le ocurran. Indudablemente somos uno de los elegidos por el color de nuestra piel.

Yo he escrito muchas páginas de esa época. Jomi entrando al departamento de dibujo donde trabajábamos el arquitecto Blandino García Ascot y yo… la conmoción ante su galanura y apostura y todo lo que usted quiera y mande.

Blandino me enseñó mucho de la España republicana, su amor lo compartí con él, sus viajes en el tren que su padre coordinaba en toda España, la del amarillo y morado. El arquitecto celebraba las fiestas republicanas con una pasión conmovedora, igual a la que yo siento por las fiestas provincianas de mi tierra.

Cuando fui a España, tal vez el arquitecto ya habría muerto, pero estuvo conmigo las muchas veces que visité su patria y se la dediqué amorosamente.

Decía que mucho he escrito sobre este girón de tiempo con Gabo llenándonos de flores y de alegría, todas las rosas amarillas que llenaron su casa el día en que fue conocido el Premio Nobel y yo estaba allí milagrosamente, y me quedé contestando el teléfono con llamadas de todo el mundo, lo juro, y yo con mi inglés de Katy Jurado, mi emoción al cien por ciento, mareada del millar de rosas, insisto, lleno el garaje, y el comedor, la sala y todo.

Y nadie más que yo y el servicio de los Gabos, y el teléfono, las rosas y las margaritas, y cuando me fui mareada de amor y de aroma, llegó el enorme y entrañable amigo de Gabo y dicen que preguntó asustado… había viajado en avión hasta la casa de los García y preguntó ¿quién se murió?

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