12 de diciembre de 2013

MEMORABILIA GGM 708



EL TIEMPO
Bogotá – Colombia
11 de Diciembre del 2013

La pieza de Gabo acompañará la escultura Cascada del maestro Negret.

Primera escultura 
de Gabo en el país
estará en la Alcaldía de Bogotá

Por: SANTIAGO GÓMEZ |

Esta es la escultura en barro antes de pasar al proceso de fundición en cera perdida.
Foto: Sebastián Dávila

Gabo sin pedestales, descomplicado, con un cuaderno en la mano que bien podría ser un libro de Kafka o de Rulfo. Gabo, al nivel de la tierra, con un gesto demasiado suyo que devora la atención por su simpleza: un caminar detenido en el tiempo que se cristalizó en la escultura de García Márquez que desde mañana estará en la Plazoleta de las Mariposas de la Alcaldía.

Esculpir una figura pública casi siempre es traicionar al hombre. El desafío es semejante al de imaginar aquellos seres angélicos, como Remedios la Bella, que por su levedad se elevan por los cielos. Julia Merizalde, artista plástica nacida en Bogotá, le hace justicia al personaje real.

“Me gusta entender la gente, retratarla, capturar la esencia de la figura humana”, dice. No hay en la pieza de García Márquez un contorno, un rasgo menor que Julia, mujer paciente, no haya previsto. Se puede sospechar que entre parte y parte hay un trabajo previo importante: la lectura de su obra, una revisión minuciosa de todas las entrevistas, todas las fotografías.

Pero lo más decisivo fue un encuentro personal en Cartagena. “Fue maravilloso haber estado con él. Conversamos. Me cogió y me abrazó. Siempre me ha gustado esa magia, ese humor. Yo siento que ya lo conocía por medio de sus libros”.

Está claro que el perfil de Gabo fue asimilado lentamente, con paciencia. Los ojos de párpados pesados, las cejas pobladas, el mostacho abultado. Su postura relajada, sus ropajes sueltos.

Julia tardó tres meses en darle forma. Desde el soporte de hierro a la primera capa de barro; el estudio del movimiento, del espacio que va a habitar. El ritmo. Darle forma con las manos. Para finalizar con un proceso que no ha dejado de ser asombroso: la fundición a la cera perdida, un antiguo método heredado de los griegos para obtener figuras de metal a través de un molde de cera.

La existencia, la vida de la escultura no está dada por su peso en bronce, por los 215 kilos que la atan a la tierra. La dan sus gestos, sus movimientos capturados. Gabriel García Márquez caminará desde hoy entre la gente como un ciudadano cualquiera. Tal vez esa es la expresión máxima de un hombre consagrado que nunca supo serlo.

La pieza de Gabo acompañará la escultura Cascada del maestro Negret y El Quinde de la paz del artista ecuatoriano Nixon Córdova.

Muchos dirán que Gabo es un apátrida que no merece estar en Bogotá. Otros, como el alcalde de Usiacurí,  afirmará de nuevo que García Márquez es el mejor escritor del mundo. Para algunos su nombre es una credencial, casi un mérito propio. Aunque no lo lean.

Lo cierto es que con admiración o rechazo, nunca con indiferencia, todos reconocerán que Gabo, por primera vez, se queda para siempre en Bogotá.

Esperemos que la escultura no resulte perdida en la misma soledad irremediable de sus personajes que ostentan el poder.

Y que si, por el contrario, los visitantes son múltiples, no se atrevan a estropear la presencia tranquila del autor de Cien años de soledad, de El otoño del patriarca.

Ficha técnica de la obra

Tres meses tardó la artista esculpiendo la obra

La obra fue la ganadora de la convocatoria abierta de la Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte para realizar la escultura.

Estatura: 1,70 metros
Peso: 215 kilos
Beca: 138 millones
Material: Bronce

Hoy a las 5 de la tarde será revelada (sic) la escultura en la plaza del Palacio Liévano de la Alcaldía de Bogotá. Los que quieran conocer la obra deben llamar a la red de puntos de información turística disponibles en la siguiente página: www.bogotaturismo.gov.co

SANTIAGO GÓMEZ
Redator de EL TIEMPO

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