MEMORABILIA GGM 662
elPeriódico.com
Barcelona
- España
Viernes,
5 de abril del 2013
El
jefe sí tiene quien le escriba
Por Juan Villoro
Hace unos días
estuve en Bogotá con José Salgar, el legendario editor de noticias que bajó la
escalera en espiral de El Espectador en busca de un joven reportero al que
apodaban Trapoloco por su
predilección costeña por las ropas de colores. Salgar pidió a Gabriel García
Márquez que hiciera una crónica del
náufrago que había pasado diez días en altamar, sin comer ni beber. Gabo quiso
zafarse del encargo.
Aquello era carne muerta; todo el mundo conocía la
noticia. El jefe de redacción esgrimió un argumento que ya era una orden:
"Conocemos la noticia pero no la historia".
La anécdota
volvió a surgir el 21 de marzo cuando celebramos en Bogotá al García Márquez
periodista. Jaime Abello pidió a Salgar que contara un episodio de su larga
relación con Gabo. Es posible que estemos ante el decano de la prensa mundial.
El contrato de José Salgar con El Espectador fue firmado el 1 de julio de 1933.
Se trata de un documento tan excepcional que es lógico que esa noche lo llevara
en el bolsillo.
El jefe que
ordenó la crónica más famosa del idioma contó una anécdota curiosa. En sus
tiempos de corresponsal, Gabriel García Márquez le enviaba cartas con
peripecias que hacían tolerable lo que en verdad le interesaba: pedir dinero.
Después de Cien años de soledad, el
novelista quiso rastrear sus pasos perdidos y llamó a su maestro para saber qué
había sido de esas cartas. "Hice con ellas lo que con todos los papeles
que no eran noticia: las boté", contestó Salgar.
Nadie es genio
para sus amigos y menos para su jefe de redacción. Para definir su relación con
Gabo, Salgar habló del momento en que desechó posibles obras maestras. Luego
sonrió, satisfecho de dar una lección. Lo único que debe importarle a un
periodista es lo que va al periódico. Lo demás se va al carajo.
Para José
Salgar, García Márquez sigue siendo un reportero al que hay que exigirle, no un
fetiche. Su magisterio continuó en la cena. El decano no conoce la jubilación.
"Nos vamos a seguir viendo", dijo cuando nos despedimos: "Este
siglo me está gustando".
José Salgar (derecha) con GGM en una celebración
en El Espectador. Alrededor del año 2000
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