MEMORABILIA GGM 625
Cultura
Madrid – España
16 de noviembre de 2012
El
original de un cuento
de
García Márquez,
a
subasta en Londres
Se trata del manuscrito de En este pueblo no
hay ladrones, de 33 páginas escritas a
máquina, que posee correcciones y anotaciones de puño y letra del Nobel
colombiano
EFE / LONDRES
El texto original del cuento En
este pueblo no hay ladrones, del colombiano Gabriel García Márquez, con
correcciones y anotaciones del propio escritor, se subastará el próximo día 21
en la casa Christie's de Londres.
El texto, escrito a máquina, pero con muchas modificaciones realizadas
con bolígrafo por el colombiano, se cree que es el primer(1) manuscrito de Márquez
subastado a nivel internacional y «permite un rico acercamiento a los métodos
de trabajo del escritor», señala Christie's en un comunicado.
La versión original de este cuento, adaptada al cine en 1965 por el
director mexicano Alberto Isaac, difiere mucho de la edición publicada en la
colección Los funerales de Mamá Grande
(1962), empezando por el título, que en un principio fue «A veces sucede un
milagro».
Primera página del manuscrito,
en el que García Márquez
cambió el título de su puño y
letra
Entre 50.000 y 80.000 libras
El manuscrito, de 33 páginas, también incluye una sección revisada de
la novela La mala hora, que el Premio
Nobel de Literatura publicó ese mismo año, y su precio estimado es de entre 50.000
y 80.000 libras (62.070-99.310 euros). Se subastará el próximo día 21, junto
con otros manuscritos originales y cartas de
reconocidos escritores, libros antiguos y partituras.
Entre las partituras destacan un original datado en 1806 del «Cuarteto
de cuerda en
do mayor op.59 núm.3», de Ludwig van Beethoven, con numerosas
correcciones del compositor alemán, así como el «Soneto a Córdoba», de Manuel
de Falla, firmado y dedicado por él mismo en París en 1927.
_______
(1) El primer manuscrito que fue puesto a subasta pública fue el de Cien años de soledad hace unos cinco años. No hubo ofertas.
Dámaso, el protagonista de este cuento, es el nombre de la persona que
era portero del edificio en donde vivía el autor del cuento en Barranquilla, cuando
trabajaba en El Heraldo. En el mismo edificio había un prostíbulo y las mujeres
eran amigas de Gabo. El les escribía sus cartas y ellas le pagaban invitándolo a
desayunar y lavando su ropa. “Tengo dos mudas: Una que llevo puesta y otra que
está secándose.”, dijo alguna vez. Si Gabo llegaba por la noche y no tenía como
pagar la renta, Dámaso le aceptaba en prenda los originales de La hojarasca, que el escritor siempre
llevaba consigo amarrados con un cordel. Cuando GGM escribió este cuento hizo
un homenaje a su antiguo casero bautizando el protagonista con su mismo nombre.
Por otra parte a Dámaso debía parecerle muy extraño que al Gabo de 1950
pasara a recogerlo a esa humilde vivienda la limosina de la Gobernación del
Departamento del Atlántico. Era que Julio Mario Santo Domingo, cuando su padre
fue gobernador, mandaba a recogerlo para irse de parranda con el Cabellón Cepeda, con Germán Vargas y
Alfonso Fuenmayor.
Dámaso se convirtió años después, en conductor de taxi y presumía ante
sus compañeros de ser amigo de Gabo. Estos no le creían, por supuesto. Pero un día
que llegó Gabo a Barranquilla, cuando ya era Premio Nobel, a la salida del
aeropuerto se encontró a Dámaso y le dio un abrazo efusivo delante de sus
compañeros choferes de taxi.
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