MEMORABILIA GGM 606
MEMORABILIA GGM
Cali –
Colombia
15 de
septiembre de 2012
Sobre La mala hora
Por
Fernando Jaramillo
Jaime García Márquez contó en Medellín que GGM
había titulado su libro La mala hora,
cuando se encontró frente al padre Félix Restrepo que le reprochaba las
palabras incluidas en el texto, y dice Jaime que GGM pensó que esa era la mala
hora, Su mala hora.
A mi ese cuento no me sonó pues siempre había sabido que el título del libro no lo había
puesto él. El título que le puso fue Este
pueblo de mierda. Para averiguar cuál era la verdad recurrí a la biografía
de don Gabriel escrita por Dasso Daldivar y allí en la página 413 de Viaje a la
semilla, dice que el titulo lo sacaron de un frase del cuento En este pueblo no hay ladrones.
Este es la parte del cuento en donde está la
frase:
Dámaso terminó el cigarrillo antes de hablar.
-Era tan fácil que no me explico cómo no se le ocurrió a nadie -dijo.
-Por la plata -admitió Ana-. Pero nadie hubiera sido tan bruto de
traerse las bolas.
-Fue sin pensarlo -dijo Dámaso-. Ya me venía cuando las vi detrás del
mostrador, metidas en su cajita, y pensé que era mucho trabajo para venirme con
las manos vacías.
-La mala hora
-dijo Ana.
Dámaso experimentaba una sensación de alivio.
-Y mientras tanto no llegan las nuevas -dijo-. Mandaron decir que ahora
son más caras y don Roque dice que así no es negocio. -Encendió otro
cigarrillo, y mientras hablaba sentía que su corazón se iba desocupando de una
materia oscura.
Dámaso es el personaje con el cual GGM hace un
homenaje al portero del “rascacielos” en donde vivía en Barranquilla, que tenía
ese nombre.
Y ya que hablamos de La mala hora, queremos que los suscriptores conozcan las noticias
que generó la publicación de esa obra en el año de 1963.
Cuando el libro obtuvo el premio Esso de Novela,
el padre Félix Restrepo de la Academia Colombiana de la lengua, que había sido
jurado del premio, solicitó a GGM que cambiara dos palabras que el sacerdote
consideraba obscenas: preservativo y masturbar. Esto respondió
el escritor al Padre Restrepo
México, D.F., mayo 22 de 1962
Rvdo. padre Félix Restrepo, S.J.
Academia Colombiana de la Lengua
Bogotá, Colombia.
Estimado padre Félix:
Muchas gracias por las reiteradas felicitaciones que me hizo llegar con
motivo del Premio Nacional de Novela, y por el interés con que leyó los originales.
Perdóneme que no haya contestado antes a sus cartas, pero he necesitado
de un cierto tiempo para meditar sobre los comentarios que usted hacía a mi novela,
y en particular sobre la conveniencia de eliminar de ella “unos pocos brochazos
obscenos”.
Mi primera reacción fue de sorpresa: tanto por mi formación como por
mis gustos literarios soy intransigente con la obscenidad, y me inquietaba la
sola idea de haber incurrido en ella involuntariamente.
Sin embargo, una nueva lectura a fondo de los originales no me ha algunos
brochazos particularmente crudos, que considero como simples y cautelosas
aproximaciones de carácter técnico a una inquietante realidad social que he
conocido de primera mano en algunos pueblos de Colombia.
Mi novela revela, primordialmente, una preocupación: la existencia y predominio
de una falsa moral religiosa, familiar, política, económica y social, en
lugares que se suponen civilizados y cultos. Para plantear esa preocupación en
términos convincentes era preciso tratar de descuartizar sin piedad la realidad
aparente, y descender al subsuelo de los instintos, con graves riesgos de
comprometer la dignidad literaria de la novela.
En ese nivel social, unos pocos brochazos ásperos, con propósitos más
bien técnicos, no me parecieron alarmantes.
Y menos aún si se tiene en cuenta que desde el punto de vista moral es
más importante y apreciable la voluntad definida, y evidente en toda la novela,
de no ceder a la crudeza que en todo momento reclamaban la naturaleza del drama
y la propia conducta de sus protagonistas.
Queda por establecer, desde luego, mi capacidad para hacer
apreciaciones justas en cuestiones de moral. Pero ya eso resultaría extenuante.
En realidad, en este terreno no dispongo de otros elementos que el corazón de buen
cristiano con que trato de comprender a mis personajes.
Y eso es todo por hoy, padre. Créame que de ordinario, y en especial
personalmente, no soy tan pedante como lo parezco en esta carta. Lo que pasa es
que no estoy acostumbrado a hablar de mí mismo, y el pudor de explicar ciertas
cosas que considero inexplicables me vuelve discursivo y acartonado.
Espero, pues, que no esté lejana la oportunidad de conocerlo
personalmente, y de hablar de estas y de otras cosas en términos más
informales.
Le ruego recibir mi saludo más cordial.
Gabriel García Márquez.
A la llegada de la edición impresa en España una
primera lectura del libro hizo exclamar a GGM: “¡Me la doblaron al español!”, por la cantidad de cambios que
hizo el corrector de estilo de la editorial en Madrid. Los españoles se
apresuraron a ofrecer volver a imprimir la edición si se les devolvía el primer
envío. Eso no fue posible pues con el escándalo que se formó con la afirmación del
autor, la edición se agotó.
(Publicada en El Espectador el día 11 de junio de 1963.)
SERA DESTRUIDA LA EDICION ADULTERADA DE LA MALA HORA
E
IMPRESA DE NUEVO.
El padre Félix Restrepo, director de la
Academia Colombiana de la Lengua, recibió ayer el siguiente mensaje del
Presidente del Instituto Nacional del Libro Español:
MADRID, Junio 10, 1963
Padre FELIX RESTREPO
Presidente Academia Colombiana Lengua
Bogota, Colombia
Agencia UPI trasmite hoy, declaraciones suyas señalando conveniencia
obras editores colombianos no sean editadas en España para evitar
adulteraciones textos originales como consecuencia denuncia novelista escritor
García Márquez. Director Esso Colombiana envió carta doce de diciembre a
editorial española encargada gestiones impresión comunicándole aprobación a
galeradas remitidas desde Madrid. No
obstante he efectuado gestión con citada editorial que reconoce error involuntario
cometido por corrector debido excesivo purismo al modificar expresiones
típicamente colombianas empleadas por novelista. Casa Editorial acepta
destrucción ejemplares primera impresión y ofrece imprimir nuevamente sus
expensas texto, conforme original novelista. Como impresión y edición libros
hispanoamericanos efectuase frecuentemente España sin incidentes y a plena
satisfacción autores, ruégole utilizar para desvirtuar mal efecto hayan podido
causar sus declaraciones según trasmíteles agencia UPI respecto seriedad
editoras e impresores españoles. Recordando inolvidables tiempos bogotanos
envíole afectuoso saludo.
Carlos Robles Piquer
Presidente
Instituto Nacional del Libro España
En 1966, Ediciones Era de Ciudad de México,
publicó La mala hora. En la página de
derechos de propiedad el libro trae esta anotación.
“La primera vez que se publicó La
mala hora, en 1962, un corrector de pruebas se permitió cambiar ciertos términos
y almidonar el estilo, en nombre de la pureza del lenguaje. En esta ocasión, a
su vez, el autor se ha permitido restituir las incorrecciones idiomáticas y las
barbaridades estilísticas, en nombre de su soberana y arbitraria voluntad. Esta
es pues, la primera edición de La mala
hora. El autor.”
En el pedestal que la
opinión pública está construyendo para la leyenda de GGM, se insinúa que el
premio lo obtuvo GGM porque su amigo Álvaro Mutis trabajaba como Jefe de Relaciones
Públicas de Esso. La verdad es que Mutis si ejerció ese cargo en esa empresa
pero muchos años antes de que GGM ganara el premio. Para esa época ya había
pasado por la cárcel de Lecumberry y pagado su condena por la malversación de
fondos de su departamento en Esso, en parrandas con sus amigos.
EL HERALDO
Barranquilla - Colombia
14 de Septiembre de 2012
Surrealismo mágico
Por Heriberto Fiorillo
Tres chicas guapas, alegres,
emprendedoras, que a pesar de ser primas hermanas no se conocen entre sí,
llegan a la capital desde distintos lugares de provincia, ilusionadas con la
noticia de que su tío solterón les ha dejado una herencia...”.
Así empieza la sinopsis de una
película que Gabriel García Márquez le propuso a Luis Buñuel.
Nadie sabe qué hubiera salido de
aquella unión de creadores. En ese momento, Buñuel la guardó en su archivo de
historias interesantes porque andaba metido en El ángel exterminador.
Luis Buñiel con GGM. Mexico, circa 1968
En Madrid, mi colega Jesús Ruiz
Mantilla ha publicado en El País un par de artículos sobre las películas que
habrían podido filmar en México Gabriel García Márquez y Luis Buñuel en la
década de los sesenta y los setenta, gracias a una amistad alimentada en la
capital azteca por el también español, el guionista y director Luis Alcoriza.
Cuando García Márquez recaló en el
Distrito Federal, Alcoriza lo conectó con el cine y, en especial, con Buñuel.
Todos, incluso Juan Rulfo, trabajaron como actores en la película En este pueblo no hay ladrones, escrita
por Gabo y dirigida por el mexicano Alberto Isaac.
En 1962, Gabriel García Márquez
había publicado un puñado de cuentos, dos novelas: La hojarasca y El coronel no
tiene quien le escriba, y trabajaba en una tercera, La mala hora. Ganaba como free-lance
periodístico y hacía guiones. Buñuel era todo un mito en México, donde le
dejaban hacer el cine que quisiera. Luis Alcoriza fue guionista de Buñuel
durante esa etapa y Gabo trabajó con él.
En el primer semestre de 1970,
Alcoriza llegó a Barranquilla, se alojó en el Hotel del Prado y fue una noche a
casa de Álvaro Cepeda Samudio, donde leyó, ante varios testigos, su guión de La casa grande. Dicen que Álvaro quedó
petrificado. Que la película, a pesar de estar financiada, nunca se filmó. De
todos modos, Alcoriza dejó constancia escrita de querer pasar el guión a Luis
Buñuel:
“Hemos pensado –dice en uno de sus
cuadernos– que la obra debe pasar por manos de Buñuel, que haga una crítica
severa, pero no gratuita, sino sugiriendo soluciones o mejoras. Lo mismo sucede
con Gabo, creador de ese mundo. Tiene que leerla y dar opiniones e ideas. Él
mismo se ofreció motu proprio. Es más, creo que sería magnífico que en un
momento oportuno, cuando las cosas empiecen a caminar solas, vaya a Barcelona 3
o 4 días para hablar largamente con él y mejorar el guión”.
Carlos Fuentes, según la misma
fuente, lamentó que la sociedad fílmica Buñuel-García Márquez no cuajara. “En
el caso de Buñuel –dijo el escritor mexicano– hacer una lista de lo que no hizo
supone sumar más cosas de las que hizo”. Y añadio: “Él fue una gran influencia
para nosotros, sobre todo en Gabo y en mí, que íbamos a verlo constantemente”.
Alcoriza guardó siempre otra
sinopsis desconocida suya y de García Márquez. Se trataba de Dios y yo. Los
autores trazan con ella una historia de tensión violenta en la que un dictador
mantiene secuestrados a los hijos de unos revolucionarios, bajo la amenaza de
matarlos si no deponen las armas. “De este argumento no se tenía noticia”, le
dijo Herrera a Ruiz Mantilla.
[i] El guión de Presagio lo
escribió Luis Alcoriza basado en el cuento narrado por GGM en el discurso que
pronunció GGM en Caracas, Venezuela el 3 de mayo de 1970, según dice el libro Yo no vengo a decir un discurso, p. 13 y
ss. En la película Presagio, trabaja el colombiano Carlos Muñoz, a quien conocí en la
época de la filmación, en la Embajada de Colombia en Ciudad de México (N del
E.)
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