MEMORABILIA GGM 516
Las palabras de GGM que se publican abajo no está incluidas en el libro de reciente aparición Yo no vine a decir un discurso (Ramdom House Mondadori, 2010).
Sugerimos a nuestros suscriptores hacer una copia en papel de esta MEMORABILIA GGM y guardarla dentro de su ejemplar del libro de discursos.
El Espectador
Bogotá – Colombia
30 de enero de 1993
Mutis por el Foro
El "consejo de sabios" opta por el silencio;
García Márquez propone forjar
"una cultura del amor" contra la muerte.
PARIS
Aunque el silencio se apoderó ayer del "consejo de sabios" de la Unesco, El Espectador tuvo acceso a las palabras pronunciadas por Gabriel García Márquez, intervención que a continuación reproducimos:
"El problema más difícil que tiene este foro -y es también el gran desafío de la Unesco- es que todavia no sabemos en qué mundo vivimos.
No es ya el mismo mundo cuya tutela cultural se le encomendó a la Unesco hace 50 años. Pues en este medio siglo ha ocurrido uno de los grandes cataclismos políticos y sociales de la humanidad. Me refiero, por supuesto, al fracaso colosal de dos sistemas mesiánicos que se repartieron y desgraciaron el mundo después de la Segunda Guerra y que ahora vemos desbaratarse por el peso de sus propios dogmas.
Yo lo celebré en su momento: me pareció que era una catástrofe providencial, que abría un espacio sin límites a la libertad del pensamiento y la creatividad; a la maravilla de un mundo en que cada quien piense y decida con su propia cabeza.
Hace apenas un año tomé conciencia de lo lejos que estamos de ese sueño, cuando vi los primeros mendigos rusos pidiendo limosnas en Barcelona y los malabaristas polacos en las calles de Nueva York, y cuando supimos que pueblos antiguos de la civilizada Europa se están masacrando los unos a los otros.
Entonces me di cuenta de que el drama mundial que encontrará el siglo XXI es el de las nuevas y viejas nacionalidades resurgidas del desastre, las migraciones masivas, la confusión de las 'lenguas. En fin: un desmadre cultural de tamaño planetario que está recrudeciendo las viejas lacras que casi todos ustedes señalaron ayer: la intolerancia. la violencia, el machismo, el odio de razas, los nacionalismos frenéticos, el exterminio ecológico, la devaluación de la ética. Una torre de Babel de consecuencias culturales que debemos identificar y medir antes de intentar remediarlas.
No podemos evaluar el mundo de hoy con categorías anacrónicas, ni representarlo con las mismas palabras de siempre que ya no significan nada, porque corremos el riesgo de quedamos chapaleando en el mismo mundo de antes.
Urge una verdadera revolución del pensamiento a través del lenguaje, es decir una cultura del amor frente al absolutismo de la muerte.
Creo que ese es el desafío de la Unesco para este decenio crucial. Y es, con toda modestia, el desafío de este foro para las seis o siete horas que nos quedan."
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