20 de junio de 2011

MEMORABILIA GGM 498
Del correo de
Oscar Domínguez G.
Recibido el 15/11/10


“Noticia” del nacimiento de Gabo



Aracataca, Magdalena, marzo 6 de 1927.- Un novel berrietas que parece predestinado a ser Nobel en literatura y en periodismo, alteró esta mañana la cálida calma de la familia García Márquez.

El Cuco Valois de la desolada cuadra dio la noticia con este grito vagabundo: "Señores, nació varón".

Un gallo, descendiente del que fue actor principal en la Pasión, de Jesús, el Galileo, se extrovirtió en do mayor para dar la exquisita nueva. Ese gallo es el mismo que con el tiempo y un palito acompañará después al anónimo Coronel durante todo el tiempo que esperará en vano la pensión de jubilación.

Para notificar que no será de los bípedos comunes y silvestres, Gabito, como le dirán parientes, amigos y cómplices, dejó pasar apenas tres segundos antes de atacar la producción láctea de mamá Luisa Santiaga.

A Aracataca, pueblo de Gabito, como también le dicen a los Gabrieles de la Costa, se le fue la mano en la letra a, por una razón así de chiquitica: su papá es telegrafista, y el sonido de la a (precedido de la t) es el que más se identifica cuando ese chéchere, antecedente de la internet, se extrovierte.

El niño García Márquez fue arrullado con la música del alfabeto  Morse lo que desde sus primeros berrinches lo vinculó con las letras y su ventrílocua, la palabra.

Con facilidad, logrará aprender a descifrar las cartas de amor que sus padres se enviaban a través del telégrafo. Esa será la primera piedra de sus ficciones futuras.

Desde pequeño aprendió el lenguaje de las mariposas amarillas lo que definió desde la cuna su afición por las flores de ese color, que son las mismas de la buena suerte.

Por lo García, Gabriel es fantasioso. Por lo Márquez, un poeta en pañales. Cuando en él se junten fantasía y poesía se dará un tsunami de estética.

Un astrónomo en zancos que pasó por allí, después de mirar la posición de los astros en “la comba altura”, lo bautizó como el Rey Midas de la belleza en la medida en que todo lo que escriba se volverá una obra de arte.

El pequeño que nació esta mañana será como el amor: eterno mientras dure. Lo que no figuraba en su agenda es que sus primeros 80 años de imaginación los pasaría a miles de kilómetros del mundanal ruido de su terruño aracataquense. Feliz cumpleaños y “gracias por existir”, como le dijo una mujer al comediante Groucho Marx, una vez que se lo encontró en la calle.


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GABO VISTO POR DASSO

Por Oscar Domínguez G.


Cuando Dasso Saldívar empezó a leer Cien Años de Soledad por recomendación de su compañero del Liceo Antioqueño, Fernando Gallego, sintió el mismo deslumbramiento que el coronel Aureliano Buendía cuando su padre lo llevó a conocer el hielo.

Dasso circulaba entonces con su nombre del duchazo bautismal: Darío Antonio Sepúlveda Ochoa, nacido en la vereda San Julián, del municipio antioqueño de Guadalupe.

Terminada la lenta y exhaustiva  lectura de la novela de García Márquez en la edición Suramericana ilustrada por Vicente Rojo[1],  comprada en la librería de Alberto Aguirre, Dasso se había convertido en gabólatra. Después sacaría un master en gabología con su biografía sobre el Nobel, El viaje a la semilla, cuya primera edición revisada llegará en breve a Colombia.

Será otro acontecimiento para celebrar en marzo en Cartagena durante el IV Congreso Internacional de la Lengua Española. Otros hechos que recodarán gabólogos y gabólatras en dicho evento son los 40 años del parto de la novela, los 25 de la adjudicación del Nobel de Literatura, y los 80 años (el 6 de marzo) de su nacimiento.

La novela atrapó de tal manera a Dasso que llegó un momento en que lo que más temía era el fin de la lectura. Por ello la dosificó lo más que pudo. La leía en pequeñas dosis personales en el bus del barrio Belén-Altavista y en un cuartito anónimo en casa de su tía María.

Para prolongar el arrobamiento, decidió leer simultáneamente toda la obra del autor y lo que se había escrito sobre él. Terminada la novela, ya había devorado todo  sobre Gabo.

En aquellas lecturas e investigaciones que duraron 20 años está, quizás, el germen de su biografía reeditada ahora por Ediciones Folio, de Barcelona. La obra no tiene modificaciones sustanciales. Hay expresiones mejoradas, fechas precisadas y corregido algunos nombres propios.

La biografía de Dasso se deja leer como una deliciosa novela. Le puso tanta devoción que al final el fabulista de Guadalupe se sintió más cerca de la novela que del género biográfico. Por ello decidió seguir con el impulso y escribir la novela (inédita) La subasta del fuego que recrea los últimos veinte años de Manuelita Saenz, la musa del Libertador.

Hicieron aportes sustanciales en la construcción de su libro, el propio García Márquez, quien le dedicó dos largas tardes a revisar parte de la documentación, su madre Doña Luisa Santiaga Márquez Iguarán y varios de sus hijos.

Suministraron valiosa información Rosa Elena Fergusson, maestra del Nobel, Alfonso Fuenmayor, Gustavo Ibarra Merlano, Ramiro de la Espriella, Manuel Zapata Olivella, Álvaro Mutis, Rafael Escalona y Juan Zapata Olivella.

Que no falten Carlos Fuentes, María Luisa Elío, a quien está dedicada Cien años de soledad, Emmanuel Carballo, Mercedes Barcha Pardo, su esposa, Gonzalo García Barcha, uno de sus hijos, la editora Carmen Balcells y Arturo Ripstein.



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ENTREVISTA CON EL
BIOGRAFO DEL NOBEL


Por Oscar Domínguez G.


- ¿Cómo se decidió la reedición española?

- En enero del 2005, el diario ABC y Ediciones Folio lanzaron una colección de grandes biografías de personajes vivos y decidieron incluir “El viaje a la semilla”, siendo así la única biografía de un escritor de la colección. La iniciativa, con una tirada individual de doscientos mil ejemplares, tuvo gran éxito. Entonces Ediciones Folio decidió sacar una colección de doce de esas biografías de personajes contemporáneos para librerías. Yo les propuse la edición revisada, que ya tenía preparada, con la condición de que la sacaran para todo el mundo de lengua española. En España ya salió desde abril del año pasado. Ahora como que empieza su andadura en Colombia y América Latina.

- ¿Qué impacto ha tenido su biografía?

- No sé si sea el más indicado para hablar del impacto de mi trabajo. Pero lo cierto es que ha sido y sigue siendo enorme y en casi todos los idiomas en que se ha publicado. Sin duda, el mayor impacto ha sido en España y en América Latina, en China, en Brasil, en Holanda y en Grecia. Acaba de salir la edición árabe, editada por el Consejo Superior del Libro de El Cairo. Este año saldrán las ediciones francesa e inglesa. La crítica ha sido casi unánime en resaltar la seriedad de mi trabajo y la importancia del mismo dentro del género biográfico. Pero lo que más me satisface son las cartas y testimonios que recibo de muchos lectores en los cuales me dicen que mi libro les ha cambiado la vida, que les ha hecho revalorar o volver a leer a Gabo o que es un libro que les ha enseñado o los ha empujado a escribir.

- ¿En qué se diferencia de los demás de su misma especie?

- Si con la expresión “su misma especie” se refiere a otras biografías de Gabo, creo poder decir que hasta el momento no se han
Dasso Saldivar

escrito otras biografías de Gabo, a excepción de la de Collazos y la parcial de Vargas Llosa en “Historia de un deicidio”. En fin, pero creo que la diferencia esencial de mi biografía con las de su especie, es que yo intento recrear la novela de la vida de Gabo, es decir, que sin dejar de ser lo más veraz y objetivo posible, intento reconstruir y contar una vida con alma, una vida donde las palabras tienen sombra porque pretenden significar más de lo que dicen.

- ¿Cómo definiría su Gabo personal?

- Mi Gabo personal, que es el Gabo de “El viaje a la semilla”, lo veo como un orfebre de las palabras y un mago que nos despertó él ánima de las cosas.

- ¿Que satisfacciones e insatisfacciones le ha producido la escritura del libro?

- Entre las satisfacciones, le puedo anotar dos principales: el placer de ver como iban surgiendo de las sombras la parte desconocida del biografiado y como se iba armando y estructurando el libro hasta adquirir una fuerza que, a mitad del trabajo, me elevó como un cohete, lo que me obligaba a frenarme y estar verificando las fuentes para estar seguro de que no estaba poniendo cosas de mi propia imaginación. Con “El viaje a la semilla” he descubierto que mi temperamento es más de novelista que de biógrafo, y por eso terminé el libro y me lancé de cabezas en “La subasta del fuego”, la novela que hora escribo sobre los últimos veinte años de Manuela Sáenz, en Paita. Entre las insatisfacciones, le puedo anotar la cantidad de trabajo que invertí durante años haciendo una evaluación de las fuentes, escritas y orales, hasta convencerme de que muchas carecían de rigor y de credibilidad, empezando por algunas declaraciones y datos suministrados  por el mismo García Márquez.

- ¿Distinciones que le ha generado la biografía?

- El libro ha sido premiado en China con el Premio Nacional a la Excelencia Literaria Extranjera, concedido cada dos años por el Ministerio de Cultura Chino, y ha tenido excelentes críticas por parte de lectores muy exigentes en distintos idiomas. Pero lo que más me satisface, independiente de que sea o no una gran biografía de García Márquez, es que a los lectores lo que más les cautiva es el estilo del libro, su fluidez y su claridad narrativa.

- ¿A Gabo le gusto, le chocó, o todo lo contrario?

- Según me contaron sus hermanos, a Gabo le gustó el libro y, sobre todo, lo asombró, según me contó Eliseo Alberto Diego, porque yo sólo lo vi dos tardes. Al él le pareció asombroso que, habiéndole visto tan pocas veces, yo supiera casi todo de él. La verdad es que yo ya llevaba veinte años preguntando e investigando. Lo mismo ocurrió cuando visité a su madre y sus hermanos en la casa de La Manga en Cartagena: mientras hablábamos, de pronto, un hermano interrumpía para que yo les hiciera algunas precisiones sobre tal o cual momento de la historia de la familia en Aracataca o en Sucre. Volviendo a Gabo, a él no le gustó que le corrigiera ciertas fechas y hechos, como la fecha en que regresa con su madre a vender la casa de Aracataca y la fecha en que escribió “La hojarasca”, que fue un año antes de la que él refiere en sus memorias. Mis fechas, que son las reales, las de la historia, están debidamente documentadas y corroboradas.

- ¿Qué elementos nuevos contiene esta edición española?

- Esta edición de Folio es la cuarta en español de “El viaje a la semilla” y la primera revisada, pero no contiene ninguna modificación sustancial o formal. Sólo se han mejorado algunas expresiones, algunas frases, y se han precisado algunas fechas y se han corregido algunos nombres propios.


[1] Si se trata de la primera edición de Cien años de soledad, de Editorial Suramericana, la portada fue diseñada por Iris Pagano. (N. del E.)

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