22 de enero de 2012

MEMORABILIA GGM 547

EL PAIS
Cali – Colombia
23 de enero de 2012


“Rodrigo García Barcha, su hijo, es un gran director de cine y, óigame esta predicción -que es muy fácil: va a ser la primera vez que en una familia haya un Nobel y un Oscar.”


         “Que nombren al Chamán
      ministro de Medio Ambiente”:
                Guillermo Angulo


El maestro Guillermo Angulo en entrevista con Margarita Vidal, hizo un viaje por su vida y bajo su buen sentido del humor pidió que nombren ministro de Medio Ambiente al Chamán que fue noticia toda la semana, por sus actuaciones en el Mundial Sub 20 y la posesión del presidente Juan Manuel Santos.

Por: Margarita Vidal


[...]


¿Cómo logró irse a estudiar y trabajar a México?
A mí me interesaba la pintura, ver a los grandes muralistas y me fui por entre las tiendas, parando en Panamá, Costa Rica, Guatemala. México me deslumbró. Allí viví cinco años y yo digo que es mi país porque allí me formé intelectualmente. Es un país extraordinario o, mejor, muchos países y uno no sabe cómo logran una cohesión tan importante de países tan distintos: la parte Maya, la parte norte que es casi Estados Unidos, y la parte central que es lo que para nosotros es propiamente México.

Luego se fue a estudiar cine a Italia
Sí, porque yo tenía un hermano que murió muy joven, pero que era lo que en México llaman 'riquillo'. Allá la diferencia entre rico y ‘más o menos acomodado’ es el riquillo. Me preguntó qué quería hacer y yo le dije que estudiar cine y entonces me fui a Europa.

Debió conocer personajes muy interesantes, ¿por ejemplo?
Cesare Zavattini a quien le decíamos Za, como a él le gustaba. Me lo había presentado en México el escultor Rodrigo Arenas Betancur. Fui a visitarlo en Roma y nos hicimos muy amigos. Era el gran guionista del neo-realismo: Ladrón de Bicicletas, Humberto D, Milagro en Milán y otras. Muy amigo de Vittorio De Sica que venía de la frivolidad porque hacía unas películas apodadas teléfonos blancos, una manera de sacarle el cuerpo a la política en la era fascista.
Un día me atreví a preguntarle cómo, él tan profundo, podía ser tan amigo de De Sica y me contestó: De Sica y yo somos como el café y la leche: completamente distintos, pero juntos hacen un delicioso café con leche. Risa.

Entiendo que Za también fue maestro de García Márquez, quien lo ha citado en La Santa, uno de los Doce Cuentos Peregrinos.
Sí, ‘Gabo’ me llamó un día para preguntarme cómo se llamaba la calle de Roma donde vivía el maestro y ahí mismo le contesté: Angela Merici 48. ‘Gabo’ escribió que Cesare Zavattini era uno de los grandes de la historia del cine, que trataba de enseñarnos no sólo el oficio, sino una manera de ver la vida.

¿Dónde estudió?
En el Centro Sperimentale Di Cinematografia di Roma, donde había estudiado Antonioni y tenía compañeros que después fueron muy importantes como Néstor Almendros, el gran director catalán de fotografía que luego se convirtió en el director preferido de Truffaut y se gano un Oscar con Days of Heaven. Manuel Puig estudió fotografía y se volvió novelista: El Beso de la Mujer Araña que luego se llevó al cine. También fue compañero mío Luciano Tovoli, un toscano que hizo varias películas con Antonioni y participó en una de las películas más complicadas que yo he visto en términos de iluminación y de todo en general, que se llama Titus, una super producción gigantesca.

¿Qué hacía Arturo Zavattini, hijo de su maestro?
Era operador de cámara del famoso director de fotografía Otello Martelli y juntos habían fotografiado, entre otras varias películas, una inolvidable para quien la vio: La Dolce Vita de Fellini.

¿Conoció a Gabo en Roma?
No. Yo fui a buscarlo según las indicaciones que me había dado: “si no me encuentras en Cinecittá, ve a la Plaza Italia número 2, ahí subes al segundo piso donde hay un solo apartamento. Tocas el timbre. Va a salir una señora con una toalla en la cabeza, cantando ópera. Preguntas por Birri, un director argentino, y él va a saber dónde estoy yo.” Llego, toco el timbre, sale la señora cantando La Donna e Mobile, yo me muero de la risa y la señora se pone muy molesta. Le pregunto por Birri y ella me dice: Ese sí es un tipo bien educado -primer vainazo- pero ya se fue. ¿Y Gabriel García Márquez?, le digo tímidamente. Me contesta: ¿Y quién carajo conoce a García Márquez?, en italiano. No nos pudimos ver porque ‘Gabo’ se fue a París.

¿’Gabo’ realmente estudió cine?
Un día me dijo: “lo único que he estudiado es cine y nunca he hecho una buena película”. Lo que pasa con él es muy simple: su literatura es tan literaria que no es posible llevarla al cine. Todo lo de ‘Gabo’ es así, tan bellamente literario que pone a bullir la imaginación y ésa no tiene rivales. Pero lo más bonito es que Rodrigo García Barcha, su hijo, es un gran director de cine y, óigame esta predicción -que es muy fácil: va a ser la primera vez que en una familia haya un Nobel y un Oscar. Rodrigo es excelente. No tiene nada que ver con ‘Gabo’ porque su personalidad es como la de un sueco, un sueco que conoce mucho a las mujeres. Él es mi maestro de mejicano. Por ejemplo, cuando hay una cosa que ya no se puede detener me dice: ¡Encaminado el peine, chingue a su madre el piojo!. Risa. Que bien traducido significa: ‘eso no tiene reversa’.

¿Cuál fue su primer contacto con García Márquez?
Él publicó fotos que yo hice en una Semana Santa en Xochimilco. Las publicaron con textos suyos en El Espectador y como ‘Gabo’ ha sido siempre mentiroso, escribió: “Colombiano hace cine neo-realista en México”. Y hablando de mentiroso, ‘Gabo’ me contó que una vez la Gaba estaba peleando con él y lo recriminaba: “porque tú eres un mentiroso!, se detuvo un momento y añadió: y además, vives de eso!”. Risa. Un día le pregunté por el episodio a la Gaba y muy olímpica me dijo: Gabito y yo nunca hemos peleado.

¿Cómo se encontraron después en París?
Cuando yo llegué a París él me había dejado razón de que se había ido con Plinio Mendoza a visitar los países socialistas .Yo llegué al Hotel de Flandre, donde él vivía y pedí el cuarto más barato. Era en el último piso y yo estaba trabajando allí un día cuando, de pronto, se abre la puerta y entra ‘Gabo’ como un huracán: Ajá maestrico, ¿usted qué está haciendo en mi cuarto? Desde allí nos volvimos amiguísimos.

En esa época en París había un grupo de colombianos que luego fueron importantes en diferentes disciplinas.
Sí, tanto en Italia como en París, a finales de los años 50, estaba reunido lo que yo llamo la ‘intelligentzia’ colombiana: en Florencia estudiaban Fernando Botero y Enrique Grau, en Roma Eduardo Mendoza Varela y en París Plinio Mendoza, García Márquez, y tres arquitectos: Hernán Vieco, Germán Samper y Rogelio Salmona, a quien le decíamos le petit Salmoná, a la francesa. Todos leíamos en ese entonces Cahiers du Cinemá, de quienes en ese entonces eran críticos como Truffaut, Rohmer y Godard, que más tarde fueron grandes directores de cine.

¿La pobreza legendaria de Gabo en esa época era tanta?
Le ilustro con esta anécdota: Él me había mandado parte de El Coronel con una amiga que se llamaba 'La Pupa', que en italiano quiere decir muñeca, no lo que parece, pero 'La Pupa' sí era pupísima…Risa. Nieta de un ex presidente de Costa Rica, era tan descarada, que la mandaron de Primera Secretaria de la Embajada de Costa Rica en Roma, pero ella despachaba en París. Iba a Roma sólo a cobrar el sueldo. A Gabo un día le llegó una tarjeta muy gruesa con un dibujo de palmeras remitida por Alejandro Obregón y el 'Nene' Cepeda en la que le decían: “Marica! tú allá aguantando frío y nosotros aquí metiendo ron con unas viejas buenísimas y en el calorcito de Barranquilla”. Furioso, ‘Gabo’, que estaba muerto de hambre, botó esa vaina a la basura. Dos horas después le llega una carta express donde le advierten que la tarjeta anterior era un sánduche y que adentro iba un billete de cien dólares. Corrió desesperado a buscar entre la basura del edificio y lo encontró. Era sábado, el hambre acosaba y no tenía como cambiarlo por francos. Alguien le dijo que 'La Pupa' acababa de llegar de Roma de cobrar su sueldo y que tenía francos. Era invierno y como ‘Gabo’ era muy friolento, andaba con un suéter grueso de cuello gordo, como los de Hemingway, gran bufanda terciada y un enorme Montgomery, esos chaquetones con capucha. Cuando se abrió la puerta salió la vaharada caliente de un apartamento muy bien habitado y 'La Pupa' completamente desnuda. Ella, que tenía un cuerpo maravilloso, se empelotaba a la menor provocación.
Pero Gabo es muy tímido. Apenas vio eso se subió la cremallera del chaquetón, se puso la capucha y empezó a echar humo por el cuello como un tamal. (Dúo de risotada total).
Gabo me dice que ella actuaba como si estuviera vestida. Se sentó frente a él y cruzó las piernas, en un gesto premonitorio del de Sharon Stone en Bajos Instintos. Tartamudeando, ‘Gabo’ le contó su problema. Ella se levantó impasible, sacó la plata de un cofre se la entregó y lo invitó a tomarse un trago. ‘Gabo’ le dijo no puedo, porque tengo un compromiso ineludible. Lo que quería comer en ese momento era comida y se pegó un atracón de tales proporciones que estuvo enfermo como tres días. Después volvió donde ella y se hicieron muy amigos y novios. Un día pelearon y cuando le pregunté por qué, me dijo: “Es que las mujeres no tienen sentido del humor, se enojó sólo porque le dije: 'Pupa', tú que tiras tanto, por qué no has aprendido?. Risa.
[...]

Tenía fama de ser un gran seductor, ¿le contó su secreto?
Yo he dicho siempre que he conocido a dos grandes conquistadores: un amigo en México que donde ponía el ojo ponía la bala y Rogelio. Al mejicano le tenía tanta envidia que un día me escondí detrás de un sofá en mi casa, para averiguar, por fin, qué le decía a las mujeres: entornaba los ojos y con voz ronca por la emoción, les soltaba esta perla: “Dónde has estado tú toda mi vida?”.
Rogelio, por su parte, cuando estaba enamorando podía hacer cosas insólitas como subirse a zapatear flamenco en una mesa o currucutear como un palomo. Unas cosas divertidísimas.
Ahora, siempre encontré que hay una característica común a tres grandes de Colombia: Salmona en arquitectura, Botero en pintura y Gabo en literatura: todos completamente dedicados a su trabajo. Las mujeres son secundarias en los tres. Botero se inventó una enfermedad: si no pinta se le reseca la piel porque el aceite le hace falta. Una vez llamé a Gabo que estaba soltero todavía y yo tenía un problema porque había invitado a salir a dos mujeres, algo que no le sirve a uno para nada. Le dije: maestro, ayúdame. No, no puedo porque tengo que corregir el capítulo ocho. Bueno, pero es que usted no tiene contrato. No, yo me propuse eso y lo tengo que cumplir. No hubo manera.
Y Salmona, además de un talento innato, fuera de lo común, tenía una dedicación obsesiva por su trabajo, que tenía absoluta prelación en su vida.

[...]

Entrevista completa en:
http://www.elpais.com.co/elpais/cultura/noticias/nombren-chaman-ministro-medio-ambiente-guillermo-angulo


Sobre las predicciones del Maestro Angulo en esta entrada del blog, esto dicen las noticias del Oscar de este año:
"Además, en la categoría de mejor actriz fue nominada Glenn Close, por su travestismo en el papel de Albert Nobbs, dirigida Rodrigo García, el cineasta colombiano-mexicano e hijo del Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez."
(N del E.)

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