MEMORABILIA GGM 500
MEMORABILIA GGM
Cali – Colombia
Julio 10 de 2011
Yo no vine a decir un discurso recargado
Lucho Berggrun
Especial para el numero 500 de MEMORABILIA GGM
Entre las cosas que más recuerdo de un documental para los 500 años de algo no muy claro que en octubre de 1992 tuve la oportunidad de dirigir para el programa Rostros y Rastros de UVTV, fueron las palabras de un anónimo Guambiano que encontré en la carretera que de Silvia, Cauca conduce a las tierras Guambianas:“nosotros no necesitábamos que nos descubrieran porque ya estábamos descubiertos”.
Me permito citar esta para mi magnífica declaración de independencia, ya que a lo que aspiro con esta breve colaboración es que mi gran amigo y director del Blog, el eminente Gaboloco Mayor, don Fernando Jaramillo –rebautizado ni más ni menos como La Memoria de Gabito por don Jaime García Márquez– no salga a rectificarme públicamente aclarando que el discurso dado por el Nobel, que voy a citar a continuación, y que no apareció en la compilación del libro con todos (?) los discursos del Nobel, ya estaba descubierto. Claro que, a decir verdad, lo que creo que a este Blog importa no es si está o no está descubierto, sino si el discurso está o no está publicado.
En abril de 1979, tal como aparece en la revista ALTERNATIVA en una nota en la página 38 del número 208, le fue entregado a Gabriel García Márquez en la ciudad de México, de manos del camarada Todor Yivkov Presidente de la República Popular de Bulgaria, el Premio Internacional Jorge Dimitrov por la paz. Un diploma, una medalla (?) y cinco mil dolaritos de la época le fueron girados a nuestro admirado Gabito, “por sus méritos en defensa de la democracia, la paz y el progreso”.
Como correspondía al protocolo establecido y a las buenas maneras, GGM agradeció leyendo un corto discurso de agradecimiento, el cual espero no sea de nuevo vilipendiado por nuestro respetado escritor Andrés Hoyos, diciendo que este no corresponde al “estilo” del Nobel:
“Cuando supe que me habían dado el premio Jorge Dimitrov pensé que era un premio demasiado grande para mí y hasta pensé que me habían confundido con otro escritor. Luego entendí que se trataba de premiar, a través de mi nombre, a tantos y tantas mujeres y hombres que luchan desconocidos, de día y de noche sin esperar más premios que la felicidad de todos en América Latina. Así lo entiendo ahora y así lo recibo. A nombre de ellos doy las gracias al pueblo de Bulgaria”. GGM
Espero que en la segunda edición recargada de Yo no vine a decir un discurso, los editores incluyan en puesto de honor este breve pero emotivo discurso. Creo que se lo merece.
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