Revista JetSet
Bogotá –
Colombia
Junio de
2016
Temas
Mateo García, el nieto guionista
de Gabo
Mateo García, el nieto guionista de Gabo El guionista
siempre asistió a las celebraciones del cumpleaños de Gabo en la casa del
Pedregal de San Ángel, de la capital mexicana, donde vivió el escritor de Cien
años de soledad.
Mateo Garcia y su abuelo
Todo estaba escrito para que el nieto de
Gabriel García Márquez, Mateo García, heredara el oficio de contador de
historias. Solo que no se matriculó con la literatura sino con el cine, la otra
pasión de toda su parentela incluyendo al renombrado abuelo, confeso fanático
del western norteamericano que incluso reflejó en varias de sus obras.
Recientemente el joven Mateo —hijo del
director Rodrigo García Barcha, quien es conocido en los circuitos del cine
alternativo por trabajos como Albert Nobbs y Nueve vidas— se estrenó como
guionista en la película Desierto, uno de los platos fuertes del pasado
Festival de Cine Independiente de Los Ángeles. La cinta, que plantea la
coyuntura de los latinoamericanos indocumentados en Estados Unidos, fue escrita
a cuatro manos con Jonás Cuarón, hijo de otro grande del séptimo arte: el
mexicano Alfonso Cuarón, ganador de siete premios Óscar por Gravity.
Jonás le lleva la delantera a Mateo como
creador de guiones, casi desde el 2011, cuando en compañía de su afamado padre
escribió la aventura de la astronauta que encarnó Sandra Bullock. No obstante,
durante la creación de Desierto, el más joven de los García trabajó como todo
un veterano. Y es que desde niño, gracias a las conversaciones con Gabo,
aprendió algunos secretos para construir situaciones y personajes ficticios e
inverosímiles.
El joven
cineasta e hijo del director Rodrigo García escribió el guion de la película
Desierto, que pasó por los festivales de cine de Toronto y Los Ángeles. Lo hizo
con uno de sus amigos más entrañables, Jonás Cuarón, uno de los creadores de la
película Gravity. Mateo y el nobel colombiano tuvieron una química especial
gracias a la literatura y al séptimo arte.
“Mi
abuelo nunca contaba historias para dormir a sus nietos, solo narraba anécdotas
de su vida. A mí me recomendó el libro La casa de las bellas durmientes, y la
leí mucho después. También hablábamos de cine, tanto que antes de morir dijo
que quería escribir guiones”, aseguró hace un par de años.
Después de estas declaraciones, Mateo nunca
más volvió hablar de los asuntos familiares o de la vida privada porque heredó
del lado paterno la incomodidad que le producen las entrevistas íntimas ante
los medios de comunicación. Hace poco, cuando lo invitaron a hablar de su
trabajo en Desierto con el fin de promocionar la cinta, el guionista exigió que
no le preguntaran por García Márquez para evitar que el prestigio de su nombre
estuviera ligado a la fama del nobel literario. “Estoy de acuerdo con hablar de
la película con la condición de que no se mencione que soy nieto de Gabo”,
advirtió.
Desierto, la producción que tiene en su nómina
al mexicano Gael García y a Jeffrey Dean Morgan, uno de los galanes de las
primeras temporadas de la serie de televisión Grey’s anatomy, ahonda a un ritmo
acelerado, al estilo de los films de acción, las penurias de un grupo de
mexicanos que entra a Estados Unidos. En pleno desierto fronterizo enfrentan la
persecución de un gringo de malas pulgas que no oculta su odio por los
inmigrantes.
La prensa azteca encontró que el villano de la
película parecía una inspiración del candidato Donald Trump y hasta dijo que
los productores aprovecharon el ambiente electoral que reavivó el tema
migratorio para crear esta historia de xenofobia y exclusión social. A Mateo
las comparaciones no le cayeron en gracia tras advertir que la creación del
guion empezó hace más de seis años, cuando Trump solo era famoso por su
peluquín, las millonarias cuentas bancarias, sus propiedades costosas y por la
presentación del concurso El aprendiz. “No hicimos la película por lo que pasa
políticamente en Estados Unidos. De hecho la historia no es política. Lo de
Donald Trump fue una coincidencia. Desierto será vigente en cualquier época”,
afirmó el guionista.
Desde pequeño Mateo recibió
instrucciones de su abuelo. Foto El Tiempo
Sin embargo, de alguna manera Mateo y Jonás
Cuarón se valieron del trasfondo político que han visto algunos analistas en
esta cinta para publicitarla en los medios. De hecho crearon el hashtag
#LasPalabrasSonTanPeligrosasComoLasBalas, un espacio virtual en el que los
cinéfilos publicaron fotos con las virulentas frases que el magnate lanzó
contra los mexicanos.
Desierto fue filmada en una zona árida del sur
de California y sin ningún tipo de contratiempos, exceptuando la hora que
duraban para transportarse desde el hotel al lugar del rodaje. El resultado
finalmente convenció al jurado de la versión 40 del Festival de Cine de
Toronto, Canadá, donde se ganó el premio Fipresci en la categoría de
Presentaciones Especiales. Los aplausos de los jueces y del público también
llamaron la atención de los críticos de la versión digital del Excélsior,
quienes hablaron de la posibilidad de que esta producción sea postulada como
candidata al Óscar del próximo año, gracias a sus toques de suspenso y a sus
guiños con el western gringo.
Pero Desierto también encontró resistencia
entre varios comentaristas como los de la revista digital Premiere, que la
calificaron con tres de las cinco estrellas que ellos conceden. “La película es
superficial, pero oportuna”, escribieron para referirse a la destreza a la hora
de recrear un ambiente hostil en medio de las persecuciones entre buenos y
malos. En medio de estos comentarios, Mateo García emprenderá otro proyecto,
pero en solitario. Pronto escribirá un nuevo guion, mientras afianza la empresa
de producción audiovisual que está a la cacería de nuevas historias con el fin
de brillar con luz propia.
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MEMORABILIA GGM
Cali –
Colombia
Junio 11
de 2016
Anillo de grado con homenaje a GGM
Publicamos la siguiente información con nuestros
agradecimientos a Manuel Berggrun
La firma escogida para la elaboración del
anillo de grado del año 1970 en la Universidad de Los Andes en Mérida, capital
del estado del mismo nombre en Venezuela, fue la norteamericana Jostens,
empresa especializada en la manufactura de memorabilia especialmente, y muy reconocida
por la producción de anuarios y anillos de grado para muchos colegios y universidades
de los Estados Unidos. Además es la firma que por años, ha recibido el encargo de
la elaboración de anillos para los triunfadores en competencias deportivas.
El cuento en principio no tendría nada de
raro, sino fuera porque a alguien en ese año de 1970 se le ocurrió la idea de
que el anillo y la promoción llevaran el nombre de Gabriel García Márquez, como
se observa en las fotos adjuntas.
** ** **
EL DEBER
Santa Cruz
de la Sierra - Bolivia
11 de
junio de 2016
Suplemento
Abello brindó una extensa
exposición
sobre el legado de García
Márquez
en la FIL 2016
La opinión de un auténtico ‘gabólogo’. El libro Gabo
periodista fue presentado por Jaime Abello durante la feria del libro. El
colombiano habló con Brújula.
Abello da su explicación sobre Gabo Periodista. Foto El
Deber
Por Marcelo
Suárez R.
El director de la Fundación Gabriel García
Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano es una voz autorizada para
hablar de la vida y obra del colombiano, nobel de literatura, fallecido en
2014, sobre todo de su faceta como periodista
¿Con qué
finalidad nace Gabo periodista?
La idea del libro era mostrar la dimensión de
Gabo en el oficio del periodismo, porque el resto del mundo tiende solo a verlo
alrededor de sus trabajos de ficción. Quedó un libro sui géneris, agradable y
completo que se puede abrir en cualquier parte y que resume la obra
periodística de García Márquez, desde su primer artículo de mayo de 1948 hasta
el último que publicó en 1999.
¿Cómo se
dan esos primeros acercamientos de Gabo con el periodismo?
En mayo de 1948 fue asesinado el líder del
Partido Liberal de Colombia, Jorge Eliécer Gaitán, que dio lugar a un
levantamiento enorme que se llamó el Bogotazo. Eso obligó al joven García
Márquez a irse de la capital, donde estudiaba Derecho, a Cartagena para
continuar con sus estudios. Allí fue donde se encontró con el periodismo y se
enamoró de él. Ingresó en el diario El Universal, de Cartagena, en el que
escribió su primer artículo, dedicado al toque de queda de ese momento, con el
que ya demostraba su interés en la política. Gabo comenzó trabajando bajo
condiciones de censura.
Cuando
se nombra a los maestros del periodismo de Gabo, se menciona a Clemente Manuel
Zabala y a José Salgar. ¿Quiénes fueron ellos y qué recibió García Márquez de
ambos?
Él llegó a El Universal de la mano del gran
escritor colombiano Manuel Zapata Olivella, una de las figuras más importantes
de la cultura colombiana, sobre todo como un intelectual afrodescendiente. Gabo
ya había publicado unos cuentos en El Espectador de Bogotá que Zapata los vio y
animó a García Márquez a que escribiera en El Universal. Allí le presenta a
Clemente Manuel Zabala, que era el editor y un periodista reconocido, quien lo
recibe y le publica su primer artículo. Gabo mencionó varias veces, incluyendo
en sus memorias Vivir para contarla,
a Zabala como su primer mentor y maestro.
Luego de esa primera etapa en los periódicos
de la costa y el Caribe, El Universal en Cartagena y El Heraldo en
Barranquilla, desarrolla otros proyectos, como Comprimido, un diario que duró
seis días y que, con mucho humor, denominó el ‘primer periódico metafísico del
mundo’ y una revista de literatura y fútbol llamada Crónica.
Pero donde se desarrolla verdaderamente como
periodista es en El Espectador, donde encuentra en José Salgar a un editor
clave. En esta relación hay dos o tres hechos significativos, uno de ellos
tiene que ver con esa frase de Salgar: “Tuérzale el cuello al cisne”, que
resume su insistencia en que Gabo se dedicara a los hechos, que no se
preocupara tanto de los textos bonitos. Gracias a él, García Márquez se vuelve
un reportero de tiempo completo.
En esos
primeros escritos, ¿ya se podía vislumbrar algunos de sus personajes que
aparecerían luego en sus novelas y cuentos?
Gabo intercaló lo estrictamente periodístico
con algunos artículos que eran como de ficción. Por ejemplo, La marquesita de la Sierpe lo publicó
por aquella época.
Y hay un relato titulado La casa, que publica en su columna. Los especialistas han
encontrado ahí los primeros momentos en los que deja vislumbrar estos personajes
heredados de la tradición oral de su familia y de las vivencias de la casona de
los abuelos en Aracataca. Gerald Martin, conocido biógrafo, encontró algunos
hilos de lo que luego fue Cien años de
soledad.
¿Qué
trascendencia tuvo el papel del Gabo periodista en la revolución cubana?
Mucha. Como periodista fue de los primeros en
viajar a Cuba en enero de 1959, junto con Plinio Apuleyo Mendoza, con el que
trabajaba en la revista Momento en Caracas. Ambos van a La Habana a ver esos
primeros momentos de la Revolución y los juicios sumarios que se estaban
realizando. Allí se conecta con el grupo que estaba armando la agencia Prensa
Latina, en la que trabaja como corresponsal en los primeros años, primero en
Colombia y luego en Nueva York, hasta que las circunstancias políticas, como la
bahía de Cochinos y la presión de los sectores comunistas sobre los
profesionales que distintos países habían vinculado a la agencia, hicieron que
se retirara. Es un periodo de alejamiento de Cuba, pero luego retoma las relaciones
en los años 70.
¿Se
puede considerar esta década como el período más político de Gabriel García
Márquez?
En parte sí, porque en los 70 escribió El otoño del patriarca, trabajo que
sirvió para reafirmar sus convicciones antiimperialistas. La investigación
muestra el intervencionismo de EEUU en América Latina y el Caribe. Además, a él
le afecta mucho la conspiración entre la CIA y los Estados para derrocar el
Gobierno de Salvador Allende en Chile. Le afecta de tal manera que llega a
decir que no va a escribir más literatura mientras Pinochet continúe en el
poder.
Pese a que sus colegas escritores, que habían
sido fanáticos, se alejan de Cuba, él decide no ser parte de ese grupo y
desarrolla un periodismo militante, que poco a poco va dejando de lado para
retomar la literatura en 1979 con Crónica
de una muerte anunciada.
Tengo la impresión de que, de pronto, se dio
cuenta de que ese no era el camino y se fue decantando por una posición más
moderada, muy preocupada siempre por América Latina, por su independencia
cultural y política, pero en el fondo demostró ser una persona que no antepuso
prejuicios ideológicos a situaciones familiares o de amistad. Él tuvo muchas
diferencias ideológicas con Fidel Castro, pero a pesar de eso decidió no romper
relaciones. García Márquez fue un progresista, un liberal y un hombre
preocupado por la paz y los derechos humanos.
¿Por qué
decidió radicar en México?
Tal vez se dio cuenta de que tenía poco camino
en Colombia, después de trabajar en Prensa Latina y temía que lo estigmaticen
como comunista. Pero además, en México encontró oportunidades, sobre todo en la
industria del cine. Álvaro Mutis, su amigo, le sugirió que se vaya a México.
Ahí encontró amistad, condiciones de trabajo y pudo criar a sus hijos. Pero
Gabo nunca dejó de ir a Colombia, México era su residencia, pero siguió
escribiendo de su país de origen y de los temas que le preocupaban.
Uno de
los temas que le preocupaban era el narcotráfico, mirada que se ve reflejada en
Noticia de un secuestro ¿Qué importancia tiene este libro dentro de su trabajo periodístico?
Mucha, porque marcó su retorno al periodismo.
Pero además es una interpretación que hace de la historia de Colombia. Noticia de un secuestro es el único
libro que escribió con la intención de que fuera periodístico o de no ficción,
porque sus otros libros de periodismo son compilaciones hechas a posteriores,
incluyendo Relato de un náufrago.
En cambio, este trabajo fue concebido a la
manera del nuevo periodismo, haciendo un corte en la historia de Colombia a
partir del secuestro de una serie de periodistas por el cártel de Pablo Escobar
y el desafío que este planteaba al Gobierno colombiano.
En
tiempos en los que aún se sigue debatiendo si existen o no fronteras entre la
ficción y la no ficción, entre periodismo y literatura, queda la obra de
Gabriel García Márquez, en ambas vertientes. ¿Qué lección nos deja el trabajo
de Gabo dentro de esta discusión?
La lección que Gabo nos deja es que él tenía
claramente diferenciados los dos dominios. Él sabía que cada uno tenía su ética
y tenía su técnica. Y se movió en paralelo en ambos campos, prácticamente, a lo
largo de toda su vida. Pero creo que, aun cuando la literatura le proporcionó
muchas herramientas y algunas licencias, él mismo insistió, ya en su madurez,
de que la ética periodística no admite la invención de ninguna manera. García
Márquez lo tenía muy claro y lo practicó así.
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