13 de junio de 2016

MEMORABILIA GGM 850



Revista JetSet
Bogotá – Colombia
Junio de 2016

Temas

Mateo García, el nieto guionista de Gabo
Mateo García, el nieto guionista de Gabo El guionista siempre asistió a las celebraciones del cumpleaños de Gabo en la casa del Pedregal de San Ángel, de la capital mexicana, donde vivió el escritor de Cien años de soledad.

 Mateo Garcia y su abuelo

Todo estaba escrito para que el nieto de Gabriel García Márquez, Mateo García, heredara el oficio de contador de historias. Solo que no se matriculó con la literatura sino con el cine, la otra pasión de toda su parentela incluyendo al renombrado abuelo, confeso fanático del western norteamericano que incluso reflejó en varias de sus obras.

Recientemente el joven Mateo —hijo del director Rodrigo García Barcha, quien es conocido en los circuitos del cine alternativo por trabajos como Albert Nobbs y Nueve vidas— se estrenó como guionista en la película Desierto, uno de los platos fuertes del pasado Festival de Cine Independiente de Los Ángeles. La cinta, que plantea la coyuntura de los latinoamericanos indocumentados en Estados Unidos, fue escrita a cuatro manos con Jonás Cuarón, hijo de otro grande del séptimo arte: el mexicano Alfonso Cuarón, ganador de siete premios Óscar por Gravity.

Jonás le lleva la delantera a Mateo como creador de guiones, casi desde el 2011, cuando en compañía de su afamado padre escribió la aventura de la astronauta que encarnó Sandra Bullock. No obstante, durante la creación de Desierto, el más joven de los García trabajó como todo un veterano. Y es que desde niño, gracias a las conversaciones con Gabo, aprendió algunos secretos para construir situaciones y personajes ficticios e inverosímiles.

El joven cineasta e hijo del director Rodrigo García escribió el guion de la película Desierto, que pasó por los festivales de cine de Toronto y Los Ángeles. Lo hizo con uno de sus amigos más entrañables, Jonás Cuarón, uno de los creadores de la película Gravity. Mateo y el nobel colombiano tuvieron una química especial gracias a la literatura y al séptimo arte.

 “Mi abuelo nunca contaba historias para dormir a sus nietos, solo narraba anécdotas de su vida. A mí me recomendó el libro La casa de las bellas durmientes, y la leí mucho después. También hablábamos de cine, tanto que antes de morir dijo que quería escribir guiones”, aseguró hace un par de años.

Después de estas declaraciones, Mateo nunca más volvió hablar de los asuntos familiares o de la vida privada porque heredó del lado paterno la incomodidad que le producen las entrevistas íntimas ante los medios de comunicación. Hace poco, cuando lo invitaron a hablar de su trabajo en Desierto con el fin de promocionar la cinta, el guionista exigió que no le preguntaran por García Márquez para evitar que el prestigio de su nombre estuviera ligado a la fama del nobel literario. “Estoy de acuerdo con hablar de la película con la condición de que no se mencione que soy nieto de Gabo”, advirtió.

Desierto, la producción que tiene en su nómina al mexicano Gael García y a Jeffrey Dean Morgan, uno de los galanes de las primeras temporadas de la serie de televisión Grey’s anatomy, ahonda a un ritmo acelerado, al estilo de los films de acción, las penurias de un grupo de mexicanos que entra a Estados Unidos. En pleno desierto fronterizo enfrentan la persecución de un gringo de malas pulgas que no oculta su odio por los inmigrantes.

La prensa azteca encontró que el villano de la película parecía una inspiración del candidato Donald Trump y hasta dijo que los productores aprovecharon el ambiente electoral que reavivó el tema migratorio para crear esta historia de xenofobia y exclusión social. A Mateo las comparaciones no le cayeron en gracia tras advertir que la creación del guion empezó hace más de seis años, cuando Trump solo era famoso por su peluquín, las millonarias cuentas bancarias, sus propiedades costosas y por la presentación del concurso El aprendiz. “No hicimos la película por lo que pasa políticamente en Estados Unidos. De hecho la historia no es política. Lo de Donald Trump fue una coincidencia. Desierto será vigente en cualquier época”, afirmó el guionista.
Desde pequeño Mateo recibió instrucciones de su abuelo. Foto El Tiempo

Sin embargo, de alguna manera Mateo y Jonás Cuarón se valieron del trasfondo político que han visto algunos analistas en esta cinta para publicitarla en los medios. De hecho crearon el hashtag #LasPalabrasSonTanPeligrosasComoLasBalas, un espacio virtual en el que los cinéfilos publicaron fotos con las virulentas frases que el magnate lanzó contra los mexicanos.

Desierto fue filmada en una zona árida del sur de California y sin ningún tipo de contratiempos, exceptuando la hora que duraban para transportarse desde el hotel al lugar del rodaje. El resultado finalmente convenció al jurado de la versión 40 del Festival de Cine de Toronto, Canadá, donde se ganó el premio Fipresci en la categoría de Presentaciones Especiales. Los aplausos de los jueces y del público también llamaron la atención de los críticos de la versión digital del Excélsior, quienes hablaron de la posibilidad de que esta producción sea postulada como candidata al Óscar del próximo año, gracias a sus toques de suspenso y a sus guiños con el western gringo.

Pero Desierto también encontró resistencia entre varios comentaristas como los de la revista digital Premiere, que la calificaron con tres de las cinco estrellas que ellos conceden. “La película es superficial, pero oportuna”, escribieron para referirse a la destreza a la hora de recrear un ambiente hostil en medio de las persecuciones entre buenos y malos. En medio de estos comentarios, Mateo García emprenderá otro proyecto, pero en solitario. Pronto escribirá un nuevo guion, mientras afianza la empresa de producción audiovisual que está a la cacería de nuevas historias con el fin de brillar con luz propia.


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MEMORABILIA GGM
Cali – Colombia
Junio 11 de 2016

Anillo de grado  con homenaje a GGM

Publicamos la siguiente información con nuestros agradecimientos a Manuel Berggrun


La firma escogida para la elaboración del anillo de grado del año 1970 en la Universidad de Los Andes en Mérida, capital del estado del mismo nombre en Venezuela, fue la norteamericana Jostens, empresa especializada en la manufactura de memorabilia especialmente, y muy reconocida por la producción de anuarios y anillos de grado para muchos colegios y universidades de los Estados Unidos. Además es la firma que por años, ha recibido el encargo de la elaboración de anillos para los triunfadores en competencias deportivas.

El cuento en principio no tendría nada de raro, sino fuera porque a alguien en ese año de 1970 se le ocurrió la idea de que el anillo y la promoción llevaran el nombre de Gabriel García Márquez, como se observa en las fotos adjuntas.

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EL DEBER
Santa Cruz de la Sierra - Bolivia
11 de junio de 2016

Suplemento


Abello brindó una extensa exposición
sobre el legado de García Márquez
en la FIL 2016
La opinión de un auténtico ‘gabólogo’. El libro Gabo periodista fue presentado por Jaime Abello durante la feria del libro. El colombiano habló con Brújula.

Abello da su explicación sobre Gabo Periodista. Foto El Deber

Por Marcelo Suárez R.

El director de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano es una voz autorizada para hablar de la vida y obra del colombiano, nobel de literatura, fallecido en 2014, sobre todo de su faceta como periodista

¿Con qué finalidad nace Gabo periodista?
La idea del libro era mostrar la dimensión de Gabo en el oficio del periodismo, porque el resto del mundo tiende solo a verlo alrededor de sus trabajos de ficción. Quedó un libro sui géneris, agradable y completo que se puede abrir en cualquier parte y que resume la obra periodística de García Márquez, desde su primer artículo de mayo de 1948 hasta el último que publicó en 1999.

¿Cómo se dan esos primeros acercamientos de Gabo con el periodismo?
En mayo de 1948 fue asesinado el líder del Partido Liberal de Colombia, Jorge Eliécer Gaitán, que dio lugar a un levantamiento enorme que se llamó el Bogotazo. Eso obligó al joven García Márquez a irse de la capital, donde estudiaba Derecho, a Cartagena para continuar con sus estudios. Allí fue donde se encontró con el periodismo y se enamoró de él. Ingresó en el diario El Universal, de Cartagena, en el que escribió su primer artículo, dedicado al toque de queda de ese momento, con el que ya demostraba su interés en la política. Gabo comenzó trabajando bajo condiciones de censura.

Cuando se nombra a los maestros del periodismo de Gabo, se menciona a Clemente Manuel Zabala y a José Salgar. ¿Quiénes fueron ellos y qué recibió García Márquez de ambos?
Él llegó a El Universal de la mano del gran escritor colombiano Manuel Zapata Olivella, una de las figuras más importantes de la cultura colombiana, sobre todo como un intelectual afrodescendiente. Gabo ya había publicado unos cuentos en El Espectador de Bogotá que Zapata los vio y animó a García Márquez a que escribiera en El Universal. Allí le presenta a Clemente Manuel Zabala, que era el editor y un periodista reconocido, quien lo recibe y le publica su primer artículo. Gabo mencionó varias veces, incluyendo en sus memorias Vivir para contarla, a Zabala como su primer mentor y maestro.
Luego de esa primera etapa en los periódicos de la costa y el Caribe, El Universal en Cartagena y El Heraldo en Barranquilla, desarrolla otros proyectos, como Comprimido, un diario que duró seis días y que, con mucho humor, denominó el ‘primer periódico metafísico del mundo’ y una revista de literatura y fútbol llamada Crónica.
Pero donde se desarrolla verdaderamente como periodista es en El Espectador, donde encuentra en José Salgar a un editor clave. En esta relación hay dos o tres hechos significativos, uno de ellos tiene que ver con esa frase de Salgar: “Tuérzale el cuello al cisne”, que resume su insistencia en que Gabo se dedicara a los hechos, que no se preocupara tanto de los textos bonitos. Gracias a él, García Márquez se vuelve un reportero de tiempo completo.

En esos primeros escritos, ¿ya se podía vislumbrar algunos de sus personajes que aparecerían luego en sus novelas y cuentos?
Gabo intercaló lo estrictamente periodístico con algunos artículos que eran como de ficción. Por ejemplo, La marquesita de la Sierpe lo publicó por aquella época.

Y hay un relato titulado La casa, que publica en su columna. Los especialistas han encontrado ahí los primeros momentos en los que deja vislumbrar estos personajes heredados de la tradición oral de su familia y de las vivencias de la casona de los abuelos en Aracataca. Gerald Martin, conocido biógrafo, encontró algunos hilos de lo que luego fue Cien años de soledad.

¿Qué trascendencia tuvo el papel del Gabo periodista en la revolución cubana?
Mucha. Como periodista fue de los primeros en viajar a Cuba en enero de 1959, junto con Plinio Apuleyo Mendoza, con el que trabajaba en la revista Momento en Caracas. Ambos van a La Habana a ver esos primeros momentos de la Revolución y los juicios sumarios que se estaban realizando. Allí se conecta con el grupo que estaba armando la agencia Prensa Latina, en la que trabaja como corresponsal en los primeros años, primero en Colombia y luego en Nueva York, hasta que las circunstancias políticas, como la bahía de Cochinos y la presión de los sectores comunistas sobre los profesionales que distintos países habían vinculado a la agencia, hicieron que se retirara. Es un periodo de alejamiento de Cuba, pero luego retoma las relaciones en los años 70.

¿Se puede considerar esta década como el período más político de Gabriel García Márquez?
En parte sí, porque en los 70 escribió El otoño del patriarca, trabajo que sirvió para reafirmar sus convicciones antiimperialistas. La investigación muestra el intervencionismo de EEUU en América Latina y el Caribe. Además, a él le afecta mucho la conspiración entre la CIA y los Estados para derrocar el Gobierno de Salvador Allende en Chile. Le afecta de tal manera que llega a decir que no va a escribir más literatura mientras Pinochet continúe en el poder.

Pese a que sus colegas escritores, que habían sido fanáticos, se alejan de Cuba, él decide no ser parte de ese grupo y desarrolla un periodismo militante, que poco a poco va dejando de lado para retomar la literatura en 1979 con Crónica de una muerte anunciada.
Tengo la impresión de que, de pronto, se dio cuenta de que ese no era el camino y se fue decantando por una posición más moderada, muy preocupada siempre por América Latina, por su independencia cultural y política, pero en el fondo demostró ser una persona que no antepuso prejuicios ideológicos a situaciones familiares o de amistad. Él tuvo muchas diferencias ideológicas con Fidel Castro, pero a pesar de eso decidió no romper relaciones. García Márquez fue un progresista, un liberal y un hombre preocupado por la paz y los derechos humanos.

¿Por qué decidió radicar en México?
Tal vez se dio cuenta de que tenía poco camino en Colombia, después de trabajar en Prensa Latina y temía que lo estigmaticen como comunista. Pero además, en México encontró oportunidades, sobre todo en la industria del cine. Álvaro Mutis, su amigo, le sugirió que se vaya a México. Ahí encontró amistad, condiciones de trabajo y pudo criar a sus hijos. Pero Gabo nunca dejó de ir a Colombia, México era su residencia, pero siguió escribiendo de su país de origen y de los temas que le preocupaban.

Uno de los temas que le preocupaban era el narcotráfico, mirada que se ve reflejada en Noticia de un secuestro ¿Qué importancia tiene este libro dentro de su trabajo periodístico?
Mucha, porque marcó su retorno al periodismo. Pero además es una interpretación que hace de la historia de Colombia. Noticia de un secuestro es el único libro que escribió con la intención de que fuera periodístico o de no ficción, porque sus otros libros de periodismo son compilaciones hechas a posteriores, incluyendo Relato de un náufrago.
En cambio, este trabajo fue concebido a la manera del nuevo periodismo, haciendo un corte en la historia de Colombia a partir del secuestro de una serie de periodistas por el cártel de Pablo Escobar y el desafío que este planteaba al Gobierno colombiano.

En tiempos en los que aún se sigue debatiendo si existen o no fronteras entre la ficción y la no ficción, entre periodismo y literatura, queda la obra de Gabriel García Márquez, en ambas vertientes. ¿Qué lección nos deja el trabajo de Gabo dentro de esta discusión?
La lección que Gabo nos deja es que él tenía claramente diferenciados los dos dominios. Él sabía que cada uno tenía su ética y tenía su técnica. Y se movió en paralelo en ambos campos, prácticamente, a lo largo de toda su vida. Pero creo que, aun cuando la literatura le proporcionó muchas herramientas y algunas licencias, él mismo insistió, ya en su madurez, de que la ética periodística no admite la invención de ninguna manera. García Márquez lo tenía muy claro y lo practicó así.

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