LA
RAZON
Madrid
– España
13
de enero de 2016
Opinión
«Paraules d’amor» para Carmen Balcells
El Palau de la Música acogió anoche un gran homenaje
que llenó el palacio modernista de familia, amigos y colaboradores de la agente
Por
Víctor Fernández
Barcelona.
Un acto lleno de momentos emotivos. El
Palau de la Música se llenó de escritores, editores y amigos de la agente
literaria. En la imagen, Mario Vargas Llosa, con Isabel Preisler, y detrás la
alcaldesa Ada Colau
Pese a que Carmen Balcells falleció el
pasado 20 de septiembre en Barcelona, ayer, en el Palau de la Música, su
recuerdo revivió con gran fuerza, la misma con la que muchos recuerdan su
capacidad para gestionar los contratos de algunos de los autores más grandes de
la literatura española y latinoamericana del siglo XX. Amigos y conocidos,
lectores y melómanos llenaron el auditorio del mítico edificio modernista para
recordar las dos grandes pasiones de la Mamá Grande: la literatura y la música.
Fueron ellas los ejes de un acto que desprendía cariño y admiración hacia quien
hizo del cuidado de sus autores su oficio.
A Balcells le gustaba decir que «he
sido, por lo tanto, agente con licencia para matar, sí, pero en realidad sólo
con el deseo interior de ser Alicia en el país de las maravillas o una princesa
medieval, y he derramado lágrimas en las batallas, he regado maravillas con
guaraná y risotto, he querido a los autores sin cámaras ni micrófonos, y he
evadido miedos con mil rosas literarias». Ese amor por los escritores se pudo
apreciar en el auditorio, lleno de gente de letras, no solamente autores sino
editores e incluso otros agentes literarios.
Los numerosos invitados eran recibidos
con la voz en off de Balcells recitando los versos de Gil de Biedma del poema
«De vita beata», donde el poeta habla de «vivir como un noble arruinado entre
las ruinas de mi inteligencia». A la manera de declaración de principios sobre
alguien que vivió la vida a su manera, el tenor Antoni Comas y el pianista
Kitflus interpretaron el mítico «My Way». La letra de Paul Anka,
internacionalizada por Sinatra, parecía anoche que había sido compuesta para
Balcells cuando sonaron esos pasajes que dicen «he vivido una vida plena, viajé
por todas y cada una de las autopistas, y más, mucho más que esto, lo hice a mi
manera».
La emoción se sentía en el Palau de la
Música cuando subieron al escenario algunos de los nombres que han constituido
el catálogo de la Agencia Literaria Carmen Balcells, como Carme Riera, Mario
Vargas Llosa o Eduardo Mendoza. Riera recordó a «superagente 007», como la
llamaba Vázquez Montalbán como una mujer que decía «somos más que amigas,
clientas. Seguimos notando sus milagros». La escritora y académica pidió a
Colau que Barcelona tenga una «plaza, calle o jardín» con el nombre de
Balcells.
Por su parte, un emocionado Vargas Llosa
recordó que, sin Balcells «Barcelona no habría sido la capital cultural de los
60 y 70, ni habría sido puente cultural con latinoamérica». El Premio Nobel se
refirió a Balcells como «la persona más generosa y limpia» que había conocido»,
añadiendo que ella nunca padeció «ni de envidia ni de rencor». También se
rememoró a aquellos autores ya desaparecidos, pero que forjaron la historia de
la agente. Fueron los casos de Montalbán, Jaime Gil de Biedma o García Márquez,
cuyo hijo Gonzalo García Barcha leyó un fragmento de Memorias de mis putas tristes, el último libro de ficción escrito
por su padre Gabriel García Márquez, todo ello mientras Lluís Heras
interpretaba el preludio de la suite número 2 de Johann Sebastian Bach.
Fueron muchos los momentos emocionantes,
como cuando pudimos ver proyectada la imagen de Vargas Llosa hablando con
Balcells, en compañía de Carlos Fuentes, en un trabajo filmado por Poldo Pomés
o cuando subieron todos los miembros de la agencia al escenario del Palau de la
mano del hijo y heredero de Balcells, Luis Miguel Palomares. Pero hubo un nudo
en la garganta cuando Joan Manuel Serrat cantó «Paraules d’amor» porque las
palabras formaban parte del oficio de Balcells, el oficio de permitir que los
escritores accedieran a los lectores.
** ** **
CLARIN
Buenos
Aires – Argentina
13
de enero de 2016
Cultura
Homenaje a la agente literaria, en Barcelona. Ayer, el
día en que recibió el premio Don Quijote de Periodismo, el Nobel peruano
participó de un acto por la "mamá grande" de la literatura
latinoamericana. Y lloró.
Con el corazón. Vargas Llosa, ayer,
durante el homenaje a Carmen Balcells.
Por
Juan Cruz
Especial
para Clarín
Mario Vargas Llosa lloró al evocarla,
los hijos de Gabo García Márquez, que fueron ahijados de “la mamá grande”, la
llenaron de guiños de una vieja amistad y Joan Manuel Serrat le dedicó una de
sus más hermosas canciones, Paraules d´amor (Palabras de amor). Al final, en el
Palau de la Música de Barcelona, Luis Miguel Palomares, hijo de Carmen
Balcells, sus hijas y todo el equipo de la agencia que fundó la más importante
representante literaria que ha dado la lengua española agradecieron el homenaje
a centenares de personas que llenaron el recinto musical más señero de
Barcelona.
Fue un acto muy especial para una mujer
especialísima. Balcells -que murió en septiembre, a los 85 años- cambió las
relaciones del autor con el editor, que en un tiempo no lejano fueron de
esclavo y siervo, como proclamó Vargas Llosa, a quien ella puso a escribir a
tiempo completo, sacándolo del pupitre de profesor en las oscuridades de
Inglaterra. Hizo, como evocaron Eduardo Mendoza y Carme Riera (dos de sus
clientes, como llamaba Balcells a sus representados, aunque fueran sus íntimos
amigos), que se sintieran con ella “como niños mimados” a los que Carmen
encontraba estupendos contratos o renovaciones. Hizo de su oficio de
relacionarse con autores y editores un sacerdocio divertido, aunque, también
dijo Vargas Llosa, jamás cedió en las negociaciones, ni siquiera por cuestiones
de amistad.
Balcells había nacido el 9 de agosto de
1930 en un pueblecito remoto, Santa Fe de Segarra, al que ella puso en el mapa.
Trabajó hasta el último día, con la salud ya quebrada. Su energía fue
legendaria, como su generosidad… con sus representados, porque ella “no tenía
amigos, sino intereses”, como le gustaba decir. Le dedicaron libros los suyos y
muchos de ellos aludieron a su fluida manera de relacionarse con las lágrimas.
Pero una vez que cumplía con la emoción, Carmen volvía a ser la agente belicosa
e inventiva que fue. No sólo inventó creó editoriales con otros e indujo a
grandes proyectos a colegas suyos, sino que inventaba también modos de hacer
que los demás lo pasaran bien. Por eso el hijo, que hereda la agencia y en
cierto modo su espíritu, ayer terminó este homenaje multitudinario y selecto
(editores internacionales, editores españoles, escritores de su agencia,
escritores foráneos, artistas, su gran legión de amigos personales de todas
partes) con una convocatoria para que todos brindaran con una copa de champagne
“y que cada uno se busque sus croquetitas”, que era una invocación familiar de
su madre.
Los hijos de Gabo –Gonzalo y Rodrigo–
hicieron, como Vargas Llosa, evocaciones muy emocionantes de Carmen. El autor
peruano se dirigió a su amiga, de agnóstico a agnóstica, buscando con ella
complicidad para saber si algún destello viene del otro lado; al final de este
intercambio, ante una destinataria que ya no está, el Nobel no pudo reprimir
las lágrimas. Y Rodrigo, el cineasta hijo de García Márquez, también se dirigió
a Carmen en primera persona, como si la estuviera visitando en Barcelona. El
hijo de Gabo (el escritor que dijo que si pusiera una agencia como la de la
Balcells buscaría a un autor como él mismo) concluyó diciendo: “Carmen, después
de ti se rompió el molde. ¡Pero es que dudo que hubiera molde!”
Luego apareció Serrat cantando Paraules
d´amor. Pero es que todas habían sido palabras de amor por Carmen Balcells.
** ** **
EL TIEMPO
Bogotá
– Colombia
12
de enero de 2016
Cultura
y entretenimiento |
Mario Vargas Llosa y los hijos de Gabo homenajearon a
Carmen Balcells
En el evento, celebrado en Barcelona, también
participó Joan Manuel Serrat.
Por
EFE
Superando el incidente de hace más de 40
años, cuando Gabriel García Márquez recibió un puñetazo de Mario Vargas Llosa,
los hijos del nobel colombiano se reencontraron con el peruano este martes en
Barcelona, durante un homenaje póstumo a Carmen Balcells, la agente literaria
de los dos gigantes de las letras hispanoamericanas, fallecida el pasado 20 de
septiembre.
Luego de las palabras de la académica
Carme Riera, que reclamó bautizar una calle de Barcelona con el nombre de Balcells,
Vargas Llosa tuvo su primer momento de protagonismo, cuando se proyectó en el
Palau de la Música Catalana, de Barcelona, un documental inédito del realizador
Leopoldo Pomés
En él, aparece el escritor dando un
sentido discurso en tributo a Balcells, cuando esta cumplió 80 años (en el
2010). Luego, el nobel peruano, en persona, evocó sus recuerdos hasta las
lágrimas: “Siempre puso el hombro para que pudiéramos llorar nuestras penas y
acto seguido empezaba a resolverlas... Nunca conocí persona más generosa y de
buenas entrañas; te fuiste en los momentos más turbios y difíciles, cuando
ahora nos ayudarías a ver más claro”, dijo.
A continuación, vino el homenaje de
Gonzalo García Barcha, quien leyó un fragmento de Memoria de mis putas tristes, con el fondo de una sonata de Bach,
que aparece citada en el texto. El diario El País, de España, cita las
nostálgicas palabras que dirigió a la memoria de Balcells el cineasta Rodrigo
García Barcha: “Fuiste una de mis tías putativas que marcaron mi infancia;
desde entonces soy adicto a tu aprobación. Records Carme i fins sempre”,
concluyó en catalán (‘recuerdos, Carmen, y hasta siempre’).
Para terminar, el cantautor Joan Manuel
Serrat cantó uno de sus éxitos en catalán, Paraules d’amor, dedicado a la
maternal agente literaria. Y al final, el hijo de Balcells, Lluís Miquel
Palomares, hizo subir al escenario a las tres nietas de la agente y al equipo
de su firma literaria, para recibir una ovación.
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