25 de noviembre de 2015

MEMORABILIA GGM 832



EL PAIS
Cali – Colombia
21 de noviembre de 2015

Opinión

Las cartas de Gabo

Por Patricia Lara

Para apreciar los tesoros del Harry Ransom Center, archivo, biblioteca y museo de la Universidad de Texas (Austin) que compró los papeles de García Márquez, habría que pasar años detallando sus 36 millones de manuscritos y su millón de libros raros, entre los que se destacan la preciosa Biblia de Gutenberg, el Primer Folio de las obras de Shakespeare, así como manuscritos de Lewis Carroll, Doris Lessing, James Joyce, William Faulkner, D. H. Lawrence, Norman Mailer, Graham Greene, Edgar Allan Poe, Jorge Luis Borges y Gabriel García Márquez, entre otros.

Es una alegría poder reencontrarse de nuevo con la voz de Gabo, entrañable e inédita, pues muchos de esos papeles conservados tan cuidadosamente en el Ransom Center y que están siendo digitalizados para que el público los consulte en el futuro, son textos desconocidos, como su novela inacabada En agosto nos vemos y muchas de sus cartas personales.

Para ustedes, algunos párrafos de cartas que él le enviara a su amigo del alma, el escritor barranquillero, Álvaro Cepeda Samudio:

“Ahora, después de una jodida crisis que se prolongó por un mes y que finalmente culminó esta semana, los jóvenes decentes de Prensa Latina nos fuimos al carajo, con unas renuncias muy retóricas.

A pesar de que las vainas se veían venir en grande, yo no creí que los acontecimientos se precipitaran tan atropelladamente y creí que me quedaban aun algunos meses en Nueva York. Sin embargo, mi última esperanza de quedarme aquí se desvaneció definitivamente esta noche, y el primero de junio me voy a México, por camino carreteable, con el propósito de atravesar el profundo y revuelto sur.

No sé, exactamente, qué voy a hacer, pero estoy tratando de rescatar en Colombia algunos dólares, que espero me sirvan para vivir un tiempo en México, mientras consigo trabajo. Quién sabe de qué carajo, porque lo que es de periodismo ya me corté la coleta. Será de intelectual”.

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“El libro de cuentos sale en octubre, la novela se empieza a negociar con el fondo, y dentro de unas semanas me darán, como prueba, algunos mamotretos para adaptar al cine. Mi objetivo es que pegue esto último, pues hechas las cuentas, con cuatro adaptaciones al año se vive tranquilo.

Ya veremos. Periodismo, ni hablar. Más nunca.”
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“Mano: Sólo hay algo peor que ser sapo y es tener amigos sapos”.

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“Desde que se me dio por ser escritor compulsivo, ya no me acuerdo de los buenos compadres y eso es una vaina. Pero aquí estoy, escribiendo un libro por la mañana y otro por la tarde. El de por la mañana es el del dictador, que vino de las Américas más maduro pero también más largo que nunca, y el de por la tarde es uno de cuentos que tenía ahí medio perdidos, y que voy a publicar antes del verano. Yo por mi no publicaría un carajo, pero Carmen Balcels se quiere comprar una casa en la playa, y ahora anda por Caracas, México y Buenos Aires con un arcabuz de matar editores, para venderles los cuentos”.

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“Somos los escritores más famosos de aquí, no por nuestros libros, sino porque todo el mundo considera como algo inverosímil que alguien sea de ‘la tierra del caimán’”.

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Telegrama de 21 de Noviembre del 69:
“Prefiero ningún candidato porque todos son iguales godos peligrosos incapaces hacer revolución necesita país”.

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“La única ciencia que existe en el mundo es la poesía”.



COMENTARIOS DEL EDITOR DEL BLOG

Patricia Lara, que redactó la columna de arriba, es una reconocida columnista y escritora colombiana (Siembra vientos y recogerás tempestades, Las mujeres en la guerra.) que en vida de Gabriel García Márquez fue amiga cercana y socia del escritor. (Véase regalo de GGM para ella al final de esta nota) Al parecer, por los temas tratados en su columna periodística, ella tuvo acceso reciente a las cajas con la correspondencia del premio Nobel colombiano en el archivo del Harry Ramson Center, sitio donde reposan los documentos y manuscritos que le fueron comprados a los herederos del escritor a finales de 2014. Entre las numerosa correspondencia que sostuvo García Márquez con notables figuras del arte, la política y la literatura, Patricia escogió para esta ocasión algunas de las cartas que le escribió el escritor de Aracataca al escritor Álvaro Cepeda Samudio, el joven con quien Gabo mas congenió a su llegada a Barranquilla en el año de 1949 procedente de Cartagena. Vale la pena mencionar que dicha amistad fue forjada no solo por la afinidad de sus edades y temperamentos caribes, sino fundamentalmente por sus intereses comunes hacia la buena y novedosa literatura, amistad que solo se interrumpiría con el lamentable fallecimiento de Cepeda en la ciudad de Nueva York el 12 de octubre de 1.972.

Las cartas revelan el estado de ánimo de Gabo a finales de los años 50 y principios de los sesenta. Por esa época Gabo andaba por los 30 años de edad y estaba consolidando su posición frente a la literatura y el periodismo. Por fortuna para sus lectores y admiradores, no tomó partido por ninguno de los dos medios de expresión y comunicación y continuó desarrollando su vocación en ambos frentes.

Cepeda, con contactos en el exterior que le permitían a comienzos de los años cincuenta tener el privilegio de recibir frescas las últimas publicaciones de los escritores de culto del momento, como Cortázar, Faulkner, Kafka y Borges entre otros, fue uno de quienes se encargaron de orientar al escritor en ciernes, facilitándole libros y periódicos que fueron fundamentales en su formación literaria y periodística. Ambos dejaron fama de armar parrandas y discusiones monumentales sobre cine, cuento y poesía en sus visitas a “La Cueva”, lugar de reunión en ese entonces de varios intelectuales, que hoy perpetúa el mismo ambiente en el mismo sitio en donde funcionó en aquella época.

Cepeda Samudio está mencionado en las páginas de Cien años de soledad junto a sus compañeros Germán Vargas, Alfonso Fuenmayor y el mismo Gabo en un párrafo en el penúltimo capítulo del libro: “Aquel fatalismo enciclopédico fue el principio de una gran amistad. Aureliano siguió reuniéndose todas las tardes con los cuatro discutidores, que se llamaban Álvaro, German, Alfonso y Gabriel, los primeros y últimos amigos que tuvo en la vida.”

Es importante resaltar que GGM , siempre tan diplomático y tan cuidadoso con sus observaciones y consideraciones políticas, deja traslucir en sus cartas el grueso calibre de los dramáticos episodios de lucha de poderes que tenían lugar alrededor de Prensa Latina, refiriéndose a él y Plinio Apuleyo Mendoza, entre otros, como “jóvenes decentes” (…uno supone que los que se quedaron al comando de la agencia cubana de prensa, enviados y orientados desde lo más alto del poder, eran entonces los indecentes ...).

Quien sabe cuántas más sorpresas nos esperan a medida que se sigan abriendo las cajas con la correspondencia y papeles personales del Nobel colombiano.

Servilleta que le regaló Gabo a Patricia Lara “para que la vendiera si algún día tenía apremios económicos.

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