7 de abril de 2014

MEMORABILIA GGM 728



MEMORABILIA GGM
Cali – Colombia
7 de abril de 2014

Publicamos una selección de notas periodísticas sobre la recuperación de la salud de GGM.
Este blog envía sus mejores votos por la pronta y total recuperación del escritor.

Gabo amaneció leyendo periódico,
haciendo bromas y dando órdenes

La salud del Nobel colombiano parece recuperarse rápidamente, tras el episodio que lo llevó al hospital por un par de días. Círculo de Periodistas de Bogotá

Así lo asegura una crónica del diario El Universal de la capital mexicana en la que se indica que el escritor colombiano al "leer el cubrimiento que la prensa nacional y extranjera ha dado a su hospitalización", se sorprendió y dijo: “Están locos, que hacen allá afuera. Que se vayan a trabajar, a hacer algo de provecho”.

El periódico El Tiempo registra el simpático hecho indicando que fue "Genovevo Quiroz, uno de los asistentes más cercanos al Nobel de Literatura" el encargado de "dar el mensaje a los reporteros que han hecho guardia en la salida del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán".

De acuerdo con el medio citado, Quiroz también dijo que “él está contento y muy sorprendido por todas las muestras de cariño de toda la prensa. Creo que eso le ha ayudado, es como si alimentaran su espíritu. Él ya se siente con un pie afuera, ya se quiere ir, y como todo está evolucionando muy bien creemos que podría ser muy pronto, pero tiene que terminar su tratamiento. Después de eso se le podría dar de alta”.

La crónica de El Universal también señala que tras los primeros momentos de zozobra e incertidumbre del jueves por el estado de salud de García Márquez, el "viernes, todo era diferente" y "por la mañana, la afluencia de periodistas se había reducido casi a la mitad, por la tarde disminuyó aún más, sólo unos 20 periodistas hicieron caso omiso al mensaje y continuaron haciendo guardia".

También agrega que "Gabo está acompañado de su esposa y de sus dos hijos e insistió en que su salida está muy próxima a suceder. Hasta el momento, García Márquez no ha recibido visitas de amigos, sólo ha estado cerca de la gente más allegada a él".

Por su parte MEMORABILIA GGM conoció que en el equipo médico que atiende a García Márquez en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, se encuentra trabajando la doctora caleña Maria Fernanda Arboleda que aporta sus conocimientos para ayudar a restablecer la salud de su compatriota.

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ABC
Sevilla – España
7 de abril de 2014
   
García Márquez
manda decir a los periodistas
que «se vayan a trabajar»


El Nobel colombiano responde al tratamiento
y muestra una notable mejoría en su salud.
Podría ser dado de alta el martes


Manuel M. Cascante
Corresponsal en Ciudad de México

«¡Están locos!, ¿qué hacen allá afuera?... ¡Que se vayan a trabajar, a hacer algo de provecho!», habría exclamado Gabriel García Márquez al enterarse por los papeles del seguimiento que la prensa internacional ha dedicado a su estado de salud. Genovevo Quiroz, chófer del Nobel colombiano, fue quien les hizo llegar el recado a los periodistas que hacen guardia a las puertas del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán de la Ciudad de México, donde «Gabo» se recupera desde el pasado lunes de una infección pulmonar y de las vías urinarias.

«Amaneció de maravilla, está mejor que nunca –contó el asistente–. Por la mañana me pidió los periódicos y los ha estado leyendo, porque le gusta estar enterado de lo que sucede en México, Colombia y el mundo, tal y como lo ha hecho prácticamente toda su vida. Está contento y muy sorprendido por todas las muestras de cariño de toda la prensa. Creo que eso le ha ayudado, es como si alimentaran su espíritu. Él ya se siente con un pie afuera, ya se quiere ir, y como todo está evolucionando muy bien creemos que podría ser muy pronto, pero tiene que terminar su tratamiento. Después de eso se le podría dar de alta».

Quirós añadió que el escritor está acompañado por su esposa, Mercedes, y sus dos hijos (Rodrigo y Gonzalo) y no ha recibido visitas de amigos. El propio Gonzalo García Barcha insistiría en que «Gabo» está «muy bien atendido», sigue «evolucionando muy bien» y «está con un gran humor, de maravilla, todo está bien. No hay ninguna novedad y, como les dije, está previsto que salga el martes». La Secretaría de Salud del Gobierno del Distrito Federal confirmó que el autor de «Cien años de soledad» fue hospitalizado «por un cuadro de deshidratación y un proceso infeccioso pulmonar y de vías urinarias».

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EXCELSIOR
México D.F.
6 de abril de 2014


Magnitud del gran Gabo

La prensa rodeó el hospital en espera de noticias
como si se tratara de un rock star.

Por Eduardo García Aguilar

Apenas se supo el jueves la noticia de que el Premio Nobel Gabriel García Márquez estaba hospitalizado en la capital mexicana, todas las agencias internacionales, AP, AFP, Reuters y EFE, entre otras, dieron alertas y difundieron con amplitud la noticia a todos los puntos cardinales y en las principales lenguas.

De repente, el estado de salud de García Márquez, aunque no era grave, revelaba a todos la magnitud y el rango literario adquirido por este escritor surgido desde las raíces más populares de la costa caribe colombiana, reino de la cumbia, el vallenato, el baile, los carnavales y el sol.

La prensa en masa rodeó el hospital en espera de noticias como si se tratara de un verdadero rock star y no era para menos, pues el escritor se convirtió en su tiempo en el símbolo máximo del continente latinoamericano, cuando Europa y el mundo vibraban todavía con las esperanzas revolucionarias generadas por Cuba y la figura crística del mártir Che Guevara y por otro lado, se incrementaba la militancia del Peace and Love, que celebraba la derrota estadunidense en Vietnam y buscaba la liberación de las colonias dominadas de manera sangrienta por el imperio estadunidense en el entonces llamado Tercer Mundo latinoamericano, africano y asiático. Con García Márquez los pueblos de la periferia, donde vive la “infame turba”, encontraron su voz casi bíblica.

Con su rostro inconfundible de turco o magrebí, bigote a lo Groucho Marx, actitud descomplicada, camisas de colores chillones y su gusto por la música vallenata, los boleros y la militancia de izquierda, García Márquez representaba la imagen de un escritor nuevo, popular, lejos de la figura del autor latinoamericano de tipo europeo, elitista, diplomático, solemne y pomposo, reinante hasta entonces en el continente. Para los europeos, la cultura latinoamericana quedaba encarnada en esas dos figuras rebeldes: el Che Guevara y García Márquez y los jóvenes izquierdistas y hippies del mundo se nutrían de ambos.

Cuando en la década de los 70 hice autostop con una chica para ir a Barcelona, no había automovilista generoso que al saberme colombiano no me hablase fascinado de Cien años de soledad y el mundo maravilloso contado por este autor en plena fama mundial, una década antes de recibir el Nobel en 1982. García Márquez era el líder del boom latinoamericano, fenómeno que no volverá a repetirse porque los europeos ya no deliran tanto con América Latina sino con las letras nórdicas, orientales, africanas o estadunidenses. Ya hemos pasado de moda.

García Márquez es el hijo mayor de un telegrafista y boticario aventurero e inteligente que iba de pueblo en pueblo en busca de oportunidades, y cuyo noviazgo con su madre Luisa Santiaga no fue del agrado de su abuelo el coronel Nicolás Márquez ni de su esposa. Debido a la pobreza y a que se llenaron de hijos como era usual en esos agitados tiempos, el futuro autor creció con el abuelo en la casona de Aracataca y fue formado en la primera infancia en las ideas políticas con sentido social.

Luego de la muerte del viejo patriarca se disolvió el mundo próspero de Aracataca, poblado por miles de jornaleros de la Compañía bananera y funcionarios estadunidenses de la multinacional, así como por emigrantes turcos o venezolanos, y otra vida comenzó para el niño, desterrado del reino inicial y obligado a volver a la casa de sus padres, que seguían errando por la zona.

Esa primera parte de su vida, los recuerdos de la casa, los relatos de las aventuras del abuelo y el padre y las noticias de la saga familiar iniciática en la amplia zona costera son los elementos básicos de esa obra extraordinaria basada punto por punto en hechos reales sobre los que la pluma del Nobel hizo, según él mismo dijo, una “transposición poética” de la realidad.

Dasso Saldívar en la magnífica biografía Viaje a la semilla comprobó con detalles la base real de cada una de las escenas de sus libros como La hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba, Cien años de soledad, El amor en los tiempos del cólera, Crónica de una muerte anunciada e incluso su obra sobre Bolívar, El general en su laberinto, homenaje cifrado a la arteria central de Colombia, el río Magdalena, por donde viajó muchas veces el Gabo adolescente.

Un lustro después tuvo la suerte de ser becado adolescente para ir a estudiar el bachillerato en la helada Zipaquirá, donde los poetas de la generación de Piedra y Cielo le enseñaron literatura. Allí leyó todo y se volvió el sólido escritor que sería luego de leer La montana mágica y José y sus hermanos, de Thomas Mann.

Más tarde se volvió periodista, la profesión central de su vida de la cual nunca reniega, y luego de vivir en París, Venezuela, Colombia, Cuba y Nueva York, donde trabajó para Prensa Latina, llegó atraído por Álvaro Mutis a México, que se convirtió en su país adoptivo y lugar donde escribió su obra maestra y la mayor parte de sus libros.

Una simple gripe suya nos ha puesto en alerta en el mundo a todos los que hemos crecido con él en estas largas décadas de su reino absoluto literario. De repente en las redacciones de las agencias y los periódicos resurgió la magnitud de este autor que todos los grandes escritores del mundo, estadunidenses, turcos, nórdicos, rusos, europeos, asiáticos y africanos reconocen como un gran maestro. Su escritura única, el sonido de sus palabras, la profundidad de sus imágenes, mundos y personajes vuelven a girar en nuestra memoria, con la fuerza de su inmenso e inagotable talento.

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Las 2 orillas
Bogotá – Colombia
5 de abril de 2014

Opinión
Las Gabadas

Por: Miguel Iriarte Diazgranados    

Haciendo votos porque la gripa del maestro García Márquez, no importa si en México o en Los Ángeles, no pase a mayores, quiero homenajear en tono de mamadera de gallo a nuestro Nobel con este  glosario zurdo  a costa de su apodo cariñoso y de su correcta ortografía, a él que alguna vez propuso, por joder, subvertir la integridad vigente del abecedario de la lengua española. Aquí algunas palabras:

Mamadera de Gabo: 1.- Virtud caribeña que los solemnes poco entienden y de la que está llena la vida y la obra de García Márquez.  2.- Fastidio, cansancio que produce la sapería y el culto a la personalidad de Gabo.

Gabela: 1.- Ventaja que regala Gabo a todos los demás escritores colombianos. 2.- Impuesto que todos los jóvenes escritores tienen que pagar a Gabo para que los deje escribir.

Gabeta: Cajón en el que guarda Gabo ciertos originales.

Gabinete: 1.- Mueble especial en el que Gabo conserva ediciones príncipes, incunables y joyas dedicadas a él por otros escritores. 2.- Grupo especial de recomendados por Gabo para conformar equipos de trabajo en gobiernos y grandes empresas alrededor del mundo.

Gabilla: Amigos de Gabo que reaccionan incondicionalmente todos a una contra todo aquel que se meta con Gabo.

Gabilán: Uñero que solo le sale a Gabo… en la derecha.

Gabán: Gabardina que usa Gabo en París.

Gabin (Jean y John): Dos actores con los que Gabo siempre quiso trabajar haciendo cine.

Gaba: Apelativo cariñoso que por extensión se le aplica a Doña Mercedes Barcha.

Gabardina: Gabán que Gabo USA en Nueva York.

Gabernícola: Fanático fundamentalista que no acepta ningún cuestionamiento ni reproche a Gabo.

Gabón: País africano que Gabo le compró a unos tratantes de negras y blancas.

Gabiria: Expresidente colombiano que Gabo puso en la OEA.

Gabota: 1. Antigua forma musical remozada para cantar a Gabo. 2. Muchacha macondiana especialmente arrebatada. En Brasil el término ha trascendido asociado a un célebre tema: la Gabota de Ipanema.

Gabo Verde: 1. Otro país africano que Gabo compró a los mismos tratantes ya mencionados para escribir la parte erótica de sus memorias. 2. Dícese del estado en el que debía encontrarse Gabo para escribir algo como las Memorias de mis putas tristes.

Gabo de la vela: El punto más al norte de la literatura colombiana, su máximo referente y modelo.

De Gabo a rabo: 1.- Lectura indeclinable y exitosa de un libro de Gabo. 2.- Gabo agarrándole la nalga aquella estatua delante de Neruda en Isla Negra.

Gabrón: 1.- Dícese de Gabo cuando trataba con prostitutas en Barranquilla en la época de El Rascacielos.

Gabañuelas: Primeros 12 días de enero que prefiguran cómo será el resto del año para Gabo.

Gabino: Enlace de Gabo en el ELN.

Gabiero: Personaje de García Márquez en la literatura de Alvaro Mutis.

Gabarato: Danza del Carnaval de Barranquilla en la que Gabo se disfraza de muerte.

Gaboso: Bacán barranquillero que habla a los gritos de Gabo y de sus libros en las esquinas de la Arenosa.

Gabosidad: Afección bucal (pequeño callo en la lengua) que sufren algunos gabófilos irrefrenables, habladores de mierda empedernidos.

Gabear: 1.- Mamar gallo a costa de Gabo y de su literatura. Las gabadas son buen ejemplo de ello. 2.- Admirador de Gabo que lee todo lo suyo con la boca abierta. Y gabea.

Gabamundear: Errancia que se practica de un libro a otro de Gabo para conocer mejor Macondo.

TV Gable: Compañía de televisión internacional, socia de Televisa, que solo difunde los grandes fracasos cinematográficos de Gabo y a la que todos queremos suscribirnos.

Gaborto: Legrado editorial que algunos escritores se aplican cuando creen que no han podido librarse de la influencia de Gabo.

Gabataz: Dícese de las enérgicas señoras Barcha y Balcells de García Márquez cuando ejercen control de la vida y hacienda del Nobel.

Gabrito: Exquisita receta criolla de Bocachico relleno de gran demanda en todo el Caribe colombiano.

Guba: Isla del Caribe de la que Gabo entraba y salía como pedro por su casa.

Agabar: Suspender la lectura de una obra de Gabo antes de llegar a su fin.

Gabatela: Asunto literario sin importancia para Gabo.

Gabiota: Palmipeda de los mares del mundo que no pone un huevo sin el permiso de Gabo y cuyos derechos de reproducción maneja también Carmen Balcells.

Gaborrea: Manifestación diarreica de fuerte acusación, presente en ciertos habladores de mierda sobre Gabo y su vida, agravada con caspa y caída del cabello, y del caballo.

Gabilongo: Iñaki. Premio Nuevo Periodismo CEMEX+FNPI, categoría homenaje, 2008. Prestigioso periodista español de destacada trayectoria profesional admirador irredento de Gabo.

Gaín y Gabel: Dos trascendentales personajes bíblicos del Génesis. La Biblia toda, dicho por expertos exégetas, tiene grandes influencias de Gabo.

Gabacidad: Talento, don, habilidad o inteligencia desarrollada para conocer, glosar e interpretar el universo, la vida, la obra y el legado de Gabo. Solo una persona se dice que es gabaz de todo eso.

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