3 de febrero de 2011

MEMORABILIA GGM 482

El Universal
México D.F.
3 de febrero de 2011

Las memorias de un anciano enamorado

César Huerta

Basada en un texto de García Márquez, Memorias de un sabio pinta para presentarse en Cannes


Por fin, después de padecer retrasos debido a su mensaje de prostitución infantil, y en medio de una discreción total, se rodó la película que está basada en la novela Memoria de mis putas tristes, del escritor colombiano Gabriel García Márquez.

La historia cambió hasta de nombre, Memorias de un sabio, teniendo como locaciones la ciudad de Campeche y llevando en el rol protagónico al experimentado Emilio Echevarría (Amores perros).

La obra original, una novela corta, relata la manera como un anciano nonagenario se enamora de una adolescente. Para el día de su cumpleaños, el anciano toma una exótica decisión y planea regalarse una noche de sexo con una virgen.


Emilio Echevarría lleva el rol estelar del filme
(Foto: CORTESÍA RAQUEL GUAJARDO )


Para ese proyecto recurre a una de sus viejas amigas, una antigua prostituta, quien hace las veces de Celestina entre el viejo y una joven durmiente.

En el transcurso del relato, el personaje principal describe sus vivencias con otras mujeres y encuentra significado a la vejez por medio del amor.

El filme se iba a realizar, en primera instancia, en octubre de 2009 en Puebla, pero entonces se generó una polémica por el contenido de la película y por el pasado del gobernador de entonces, Mario Marín.

“La experiencia que pasamos en el año 2009 en Puebla fue muy dura, así que se decidió mejor ir paso a paso”, narra Fernando Cámara, responsable del sonido.

La aventura
Luego de ello, la producción no se detuvo y siguió esperando el momento para que el director danés Henning Carlsen, de 84 años, pudiera filmar. Fernando Cámara explica: “Fuimos discretos, no hablábamos mucho. Ya el señor (el director) se encuentra en Dinamarca. Se metió en los años 60 en Sudáfrica y entonces sabe lo que vale la discreción. Emilio Echevarría interpreta al viejo de 90 años y una sobrina de Ofelia Medina, llamada Paula, está en el papel de la niña inocente”.

Y Geraldine Chaplin, hija de Charles, conocida en México entre otros personajes por la medium en la película El orfanato, interpretó a la madame que presenta a los personajes principales.

Fernando Cámara, quien fuera nominado al Oscar en 2007 por sonido gracias a su trabajo en la hollywoodense Apocalypto, destaca que la historia de la película está apegada a la novela original.

La adaptación fue hecha entre Jean Claude Carriere, que fuera guionista de cabecera de Luis Buñuel, y el mismo director de origeen danés Henning Carlsen.

“Son 40, 50 años en la vida de este hombre. Es sobre este periodista en el que hay momentos políticos, funerales, pero sobre todo es sobre la vejez en la búsqueda y el encuentro del amor”, dice Cámara.

Memorias de un sabio, hablada completamente en español, es una coproducción entre México, Dinamarca y Noruega.

La película podría apuntar al festival de Cannes, donde Carlsen es reconocido.

Ahí, y en el Festival de Berlín, el realizador ha sido nominado por sus filmes Klabautermannen y Sult, respectivamente.

Memorias de mis putas tristes era un proyecto que llevaba casi un sexenio tratando de filmarse. Primero fue Cuba, pero por cuestiones políticas no se pudo filmar; luego se pensó en Sudamérica y posteriormente en México, donde Puebla abrió las puertas.

Pero el director no estaba de acuerdo con que no fuera una ciudad con mar, por lo que la cancelación del rodaje incluso sirvió para buscar una ciudad que pudiera cumplir con su sueño.

“El quería un sabor del Caribe, una presencia del mar por la historia original. No sé cómo terminaron en Campeche, pero todo pasa adentro de sus murallas, fue un placer hacerla ahí”, indica Cámara.

Felices con la película

La productora Raquel Guajardo, a través de un correo electrónico, consideró que ahora el reto es mostrar la película en el mayor número de lugares posibles.

“Una vez superado el reto artístico que implica filmar una película, ahora nos encontramos en una etapa igual o más retadora que la de la creación, pues el siguiente paso es mostrar la obra, llevarla a foros internacionales y comercializarla. Uno de los aspectos que nos tiene más entusiasmados de este proyecto es el talento reunido, así como la visión intimista y reflexiva que desarrollamos para la adaptación al lenguaje cinematográfico”


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BLOG DE ANDRES LAGUNA
(Desconocido)
Febrero 3 de 2011

El Gabo y un tal monstruo


Hace muchos años compré en la FNAC de Bruselas, en esa su recordada y mínima sección en castellano, un libro de Cortázar. Ahora mismo no recuerdo cual era, pues era un regalo que le hice a alguno de los amigos de esa época, a alguno de esos amigos que se resistía a aprender francés. Antes de entregarlo a su destinatario, se lo mostré a mi querido Yves Froment. Lo que nos llamaba la atención de esa edición, pues ambos conocíamos y amábamos la obra, era la foto de la contratapa. En ella, Cortázar aparecía con dientes de vampiro y haciendo un gesto que seguramente pretendía imitar a Bela Lugosi o a Christopher Lee. Con esa cara de monstruo bueno que tenía. Era una foto rara, enternecedora, graciosa y no muy conocida. De hecho, no volví a verla. Debo reconocer que lamento mucho haber regalado ese libro.

El Julio decía que: “Entre las muchas maneras de combatir la nada, una de las mejores es sacar fotografías”. Supongo que tiene razón.


 Hace unas horas me puse a buscar esa foto en la red. No la encontré. Pero, en el trajín, encontré otra, la que ilustra este post, que tampoco conocía y que también me parece enternecedora y rara. Aunque la cara de monstruo bueno esté cubierta por una de monstruo malo. Cortázar aparece disfrazado de vampiro y Gabriel García Márquez le sigue el juego, fue tomada en 1974 en París. Tengo entendido que desde hace unos cinco años la foto original, junto con otras cuatro mil y muchas filmaciones en súper ocho, está en el Centro Galego de Artes da Imaxe (CGAI), fueron depositadas por Aurora Bernárdez, la primera esposa del Julio.

Supongo que otra manera buena de combatir a la nada es ponerse un disfraz de monstruo. De monstruo bueno, claro. Permanecer en la memoria de otros. Y espantarla.

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